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El proyecto eólico Garma Blanca ha generado una corriente de rechazo generalizado en las comarcas del Miera y el Asón, en cuyos montes se ubicarán, si las alegaciones presentadas por distintos colectivos ecologistas y los municipios de Arredondo, Entrambasaguas y Miera no son aceptadas, ... casi una docena de aerogenerados. En medio de una polémica creciente que hacía años que no se vivía en el medio rural de Cantabria y que ha conseguido que formaciones políticas tan opuestas como Vox, Podemos, Izquierda Unida y Equo tengan un discurso común sobre el gran impacto ambiental de la iniciativa, la empresa impulsora demuestra su intención de seguir adelante con el intento de asentarse en la comunidad autónoma.
Así, Green Capital Power, la filial dedicada a la producción de energías verdes de una compañía vinculada a la multinacional ACS, ha iniciado los trámites para conseguir la licencia administración previa y la declaración de impacto ambiental del anteproyecto Ribota, que pretende ahora levantar otros 12 molinos en las localidades de San Roque de Riomiera, Selaya y Villacarriedo. Para los que conozcan este entorno, será dentro del cordal que une el Alto de Mazas con el Alto de La Tejada.
Esos son los pueblos que albergarán los aerogeneradores, pero hay otros tantos afectados, aquellos por los que transcurrirán las infraestructuras de evacuación encargadas del transporte de la energía desde el futuro parque -si sale adelante- hasta la subestación de Solórzano. Esta línea afectaría además a Saro, Arredondo, Entrambasaguas y Riotuerto.
Las similitudes con el proyecto con Garma Blanca son muy importantes. Además de localizarse en zonas limítrofes, también contempla una potencia de 51 megavatios -los mismos- y una inversión de 67,9 millones de euros, frente a los 70,6 millones del parque eólico que está ya en tramitación. El de Ribota comenzará este proceso administrativo una vez que el Área de Industria y Energía de la Delegación del Gobierno ha recibido toda la documentación. El siguiente paso será su publicación a lo largo de los próximos días en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y posteriormente en el Boletín Oficial de Cantabria (BOC), y a partir de ahí las partes afectadas podrán comenzar a presentar las alegaciones que consideren oportunas.
Tienen tanto en común uno y otro proyecto y su desarrollo va tan en paralelo que el de Ribota usará la misma subestación de Garma Blanca. Desde allí, la electricidad generada a través de ambos proyectos se evacuaría hacia la subestación colectora de Solórzano, que conecta ya desde allí con la red nacional.
La fase administrativa de Ribota dará en los próximos días su pistoletazo de salida, pero no es la primera vez que se escucha ese nombre ligado a un proyecto eólico en la zona. Hace cuatro años Green Capital Power ya hizo públicos sus planes en los Valles Pasiegos. Algunos de los proyectos que puso sobre la mesa los readaptó y dimensionó debido a la contestación social.
De hecho, aquel anteproyecto -eran varios parques- ya recibió alegaciones. Y provocó un profundo enfrentamiento en la Mancomunidad entre los alcaldes populares, favorables a frenar el proyecto tal y como esta concebido, y los regionalistas e independientes, más partidarios de que saliera adelante.
La documentación actual de la empresa de energías renovables apunta que los 12 aerogeneradores proyectados tendrán una altura de 90 metros y tres palas de fibra de vidrio reforzado con poliéster de 71 metros de longitud. Según los técnicos de la compañía, que realizaron la última visita de reconocimiento a la zona el pasado mes de julio, la obra para levantar el proyecto eólico tendrá una duración aproximada de ocho meses. Pero para que comience a moverse la tierra aún falta. Primero la publicación en el BOE y BOC, la fase de alegaciones... A partir de ahí, si todo va bien, habría que esperar a que consiga la declaración de impacto ambiental favorable.
En el mejor de los casos, y tomando como referencia los tiempos que ha dado el Ejecutivo regional para El Escudo -el primero de los tres grandes proyectos que se conoció entre los que están más avanzados en Cantabria, este en Campoo de Yuso, Luena, San Miguel de Aguayo y Molledo y con una menor contestación-, las máquinas podrían empezar a funcionar en dos años.
A día de hoy, solo hay un parque eólico -en realidad son dos proyectos anexos- en funcionamiento en la comunidad autónoma, el de Soba. En la última década no se ha levantado ni un molino como consecuencia de las trabas medioambientales y diversas decisiones políticas y judiciales.
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