«No hemos renunciado al túnel de La Engaña»

En abril se cumplen sesenta años desde que terminaron las obras del túnel de La Engaña, la infraestructura más compleja y emblemática de una línea que funcionó hasta 1985 entre Dosante (Burgos) y Calatayud (Zaragoza), donde empalmaba con la del ferrocarril Central de Aragón hasta los puertos de Sagunto y Valencia. Iban a ser 732 kilómetros de vía hasta Santander, de no haber quedado inconclusa. Numerosos tramos de ese itinerario se utilizan ya como sendas. El objetivo es unirlas todas y rescatar para peatones y ciclistas el recorrido que nunca pudo completar el tren.

Al otro lado de la galería ferroviaria se retomaron en 2020 los trabajos para extender la vía verde de Valdeporres que parte de la boca sur, concluir los trozos que atraviesan la provincia de Burgos y llegar sin interrupciones hasta Soria. Cantabria quiere sumarse a esa iniciativa.

En octubre del año pasado, el Gobierno regional anunció un plan para acondicionar los tres kilómetros de explanación entre la boca norte del túnel y la estación de Yera. Hace unos días recibió las indicaciones del Ministerio de Agricultura sobre las modificaciones necesarias para incorporar esa senda a la Red de Caminos Naturales. Para esta actuación, en concreto, se ha solicitado financiación al Gobierno central.

El proyecto del Ejecutivo regional, que implica a las consejerías de Turismo, Obras Públicas y Desarrollo Rural, persigue el rescate integral del entorno de las obras del ferrocarril en Yera. La apertura de la vía verde conlleva la reparación de los cuatro túneles cortos que atraviesa antes de llegar al principal y el arreglo del vial de acceso, de algo más de un kilómetro, desde la carretera CA-631 del puerto de Estacas de Trueba. Está previsto remozar para fines turísticos el edificio de viajeros, la nave de mercancías y los chalés de Renfe que ocuparon los ingenieros y jefes de obra durante la perforación de la montaña. La antigua estación acogerá, así, un albergue con servicio de hostelería, un espacio expositivo vinculado a la historia del túnel y del Santander-Mediterráneo y un centro de información y contratación de rutas guiadas.

El Gobierno cántabro firmó el pasado octubre un contrato de arrendamiento con Adif, a razón de mil euros anuales durante los próximos treinta años, para poder acometer estas actuaciones en Yera. El proyecto, presupuestado entonces en 3,4 millones de euros, alcanza ahora un coste de 4,1 millones y forma parte del paquete de propuestas que aspiran a captar financiación del Plan de Recuperación y Resiliencia de la UE para paliar los efectos económicos del covid.

¿Qué pasará con esta iniciativa si no recibe fondos europeos? ¿La acometerá de todas formas el Ejecutivo cántabro? «No hemos tomado esa decisión porque esperamos una respuesta favorable», alega López Marcano. La «espera prudente» se prolongará hasta «abril o mayo», según estima el consejero. De todos modos, la intervención no comenzará a materializarse de inmediato. En 2021 se avanzará en la redacción del proyecto y en la tramitación de permisos. «El objetivo es licitar las obras en el horizonte de año y medio».

La recuperación del túnel requiere de una inversión mucho mayor y queda al margen de este primer plan. El coste calculado en 2016 era de 13,2 millones y ha quedado desfasado. «No renunciamos a ello. Pero a Cantabria pertenecen apenas dos kilómetros del túnel y los otros cinco son de Burgos. De ahí la necesidad y el deseo de celebrar esa reunión con Castilla y León, en la que se abordarán futuras colaboraciones entre ambas comunidades con fines turísticos, especialmente en zonas limítrofes como La Engaña».