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Conexiones de agua a pozas de arroyos, llaves de paso, boicoteadas, enfrentamientos entre familias vecinas... La historia de San Roque de Riomiera con el suministro de agua, bien podría servir para un guión de Berlanga. Según denuncia uno de sus vecinos, Gonzalo Galán, ante el ... Seprona (fecha 6-8 de abril), el Ayuntamiento de esta localidad «podría estar incurriendo en una posible ilegalidad por una conexión sin permiso de la Confederación Hidrográfica y por suministrar agua a los vecinos sin ningún proceso de depuración». Por su parte, el alcalde, Antonio Fernández, niega todos estos hechos y afirma que «soy consciente de que alguien está saboteando red de suministro de agua, pero ya he restablecido el flujo de agua».
Galán vive en el barrio de Carcabal, perteneciente a Merilla. Desde que llegó a esta localidad, en enero de 2020, «existen problemas con el agua. Ya entonces el suministro de agua no estaba conectado a la red general. No cumple los estándares actuales y no existen contadores».
El problema, según coinciden Galán y el alcalde, «es que lo sabotean continuamente. Hace unos dos años que nos dieron una subvención, para arreglar la conexión entre el depósito de agua y la tubería general, pero lo han vuelto a reventar. Han roto las placas solares que hay, las baterías, el contador.... Todo destrozado y no hay dinero para arreglarlo. En todo el municipio hay 350 vecinos repartidos en cuatro pueblos», explica el regidor.
Ante este corte del suministro, «hace unos meses, el alcalde decidió que la forma de solucionarlo era conectando una nueva tubería directamente de un arroyo, El Regatón, situado en el Mato. Ante las quejas de los vecinos, los operarios dejaron los trabajos a medias», según recoge el informe del Seprona, cuyos agentes fueron llamados por Galán. Así, comprobaron la existencia de una tubería de goma, colada en el arroyo a modo de captación, no cumpliendo con las mínimas medidas sanitarias. «En el cauce del arroyo hay restos de excrementos de animales, plásticos y bolsas de fertilizantes, entre otras cosas», señala el documento. Por todo ello, «ese agua no es apta para el uso humano, y menos sin depurar», se añade en el mismo informe, en base al real decreto 1/2001 y real decreto 140/2003. Preguntado el alcalde por estos hechos, afirma que «esa captación era para dar de beber a las vacas».
Según continúa la denuncia, tanto los agentes como el denunciante, se dirigieron posteriormente a otra captación, esta vez en dos manantiales, sin protección adecuada, por lo que hay restos de orines y excrementos de vacas, con los se están suministrando agua al deposito municipal.
Para el alcalde, «esto es algo que se ha hecho toda la vida. Por ahora, todos los vecinos tienen sus propios depósitos en sus propiedades, que aún están bien llenos. Si algún día hay problemas de agua, por aquí hay muchos manantiales».
Los guardias civiles también comprobaron cómo estaba el depósito de agua municipal, verificando que se encontraba inutilizado, ya que, entre otros daños, las llaves de paso estaban «serradas al ras y los aliviaderos, taponados con tierra». El alcalde también afirmó a este periódico que había denunciado ese sabotaje el lunes, día 12 de este mes, ante la Guardia Civil de Santa María de Cayón.
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