San Pedro de Romeral se sube al columpio de las atracciones gigantes

Antes, cuando un alcalde quería potenciar los paisajes de su entorno construía un mirador en alguna zona alta. Un espacio para disfrutar de buenas vistas. Pero ahora ya no. Ahora ha llegado a Cantabria la fiebre de las atracciones turísticas y a la gente le encanta fotografiarse a lo grande. Solo hay que ver el éxito que ha tenido –y tiene– el columpio gigante de Miera. Tanto, que el alcalde de San Pedro del Romeral, Jesús Mantecón, ha decidido subirse al carro –o al columpio, en este caso– y seguir el ejemplo del municipio meracho para «poner en valor los recursos naturales del entorno». Un proyecto que, dice Mantecón como quien no quiere la cosa, «llevaba en el programa electoral, pero se me adelantaron –apunta refiriéndose al balancín del vecino–».

Poco importa quién llegara antes, porque todo indica que a esta tendencia se seguirán sumando alcaldes que apuestan por el modelo de lo desmedido. Precisamente de «cambiar la tendencia» habla el regidor pasiego, que proyecta construir un columpio de madera de cinco metros y medio de altura a un kilómetro de la plaza del pueblo, en una zona conocida como 'Embarrasa', con una «vista panorámica de 360 grados». Mucho mejor columpiándose. El plan incluye un aparcamiento con diez plazas –«de momento, ojalá hagan falta más»–, un mirador y la adecuación de un vial para llegar hasta la zona recreativa. El proyecto tiene un coste de 48.346 euros, «que asumirá en su totalidad la Consejería de Turismo».

«Buscamos explotar el paisaje, que representa muy bien la esencia de los Valles Pasiegos, con las cabañas de piedra y las fincas». Crear –incide el regidor– «un incentivo y atraer turismo». San Pedro del Romeral es una de las tres villas pasiegas por excelencia, junto a Vega de Pas y San Roque de Riomiera; cuenta con unos 450 vecinos aproximadamente «y es el territorio menos conocido de la zona», admite el alcalde. Entre sus virtudes, «lo más bonito es el paisaje, pero luego también tenemos un centro de interpretación de la villa pasiega, la iglesia, varias ermitas distribuidas por los diferentes pueblos, puentes romanos y molinos de agua que nos gustaría recuperar...», enumera Mantecón. El mayor hándicap es que los recursos «escasean» en un Ayuntamiento cuyo presupuesto «sirve fundamentalmente para cubrir los gastos», es decir, cero inversión. Así que, dice el alcalde, «las cosas van despacio». Su intención es poner en valor todos estos recursos «poco a poco». En este caso, la casa se ha empezado por el columpio –no como dice el refrán–. Acerca de la fecha en la que podría estar lista la atracción, Mantecón es claro: «a mí me gustaría que estuviese para ayer, pero hay que realizar trámites y ver la disponibilidad de las empresas constructoras».

En términos generales, el Ayuntamiento proyecta crear un área de atracción turística al que se acceda a través de un paseo peatonal de dos metros de anchura. Dicho camino estará a su vez conectado con el vial que llegará hasta el aparcamiento destinado al tráfico rodado. En cuanto al columpio, se levantará sobre cimientos de gran envergadura, «lo que permitirá obtener una panorámica emblemática de todo el municipio». En torno a la atracción, se creará otro camino para peatones con un acabado idéntico al anterior. La actuación se completará con la colocación de mobiliario urbano. Además, «tenemos previsto señalizar los lugares de interés del municipio». Entre ellos, la zona recreativa que se enclava en las inmediaciones del colegio y que consta de varias piscinas naturales, mesas y bancos «y que este verano ha estado más concurrida que nunca». También ofrece buenas vistas de la Cantabria infinita menos conocida.

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