Santander apuesta por espigones en La Magdalena y el Chiqui para frenar los temporales

El alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, y el delegado del Gobierno en Cantabria, Samuel Ruiz, han dado cuenta de la situación en la que se encuentran ambos proyectos y han mostrado su disposición absoluta a que salgan adelante.

El más avanzado es la actuación para estabilizar las playas de La Magdalena, Los Peligros y Biquinis que supondrá una inversión de 2,2 millones de euros mediante la construcción de dos espigones y la aportación de más de 50.000 metros cúbicos de arena y que el Ministerio ya puede licitar porque se ha concluido la evaluación de impacto ambiental. Ruiz no quiso aventurar plazos concretos mientras De la Serna insistió en que si no se actúa aquí con el tiempo desaparecerán esos arenales.

Tras la reunión que el alcalde mantuvo con la ministra de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, se informó de que las previsiones son licitar en los próximos dos meses la construcción de dos espigones y la aportación de más de 50.000 metros cúbicos de arena en estas playas

El segundo proyecto es una propuesta del Ayuntamiento para construir salientes en la avenida Eduardo García Lago que rompan la ola y proteger, de esta forma, la zona de la playa del Sardinero más afectada por los temporales. Sobre este segundo proyecto, Ruiz ha precisado que el Ministerio adjudicó a finales del año pasado la redacción de un documento con diferentes alternativas, para lo que tiene un plazo de 8 meses que espera que no se agote. De ahí deberá salir una solución definitiva que consensuada con el Ayuntamiento y la ciudadanía, ha puntualizado. Si la opción elegida no requiere la construcción de muros, no haría falta una declaración de impacto ambiental y su tramitación iría más rápido por lo que podría estar adjudicado a finales de año.

En la zona del Chiqui ya existieron tres diques que se eliminaron cuando se reformó la red de saneamiento y la calle hace catorce años. La alternativa que se planteó a Costas desde el Ayuntamiento pasa por c replicar dos veces el mirador actual, para que actúen hidráulicamente como rompeolas, haciendo que la ola llegue partida y pierda fuerza al entrar en contacto con la playa y el paseo. Entre las ventajas que ofrece este proyecto, con respecto, por ejemplo, a la colocación de diques como los que había en su momento, se encuentran «una mayor seguridad para bañistas y surfistas y un mejor efecto estético, integrándolo dentro del paseo», señalaron en su día desde el Ayuntamiento.