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Lola Gallardo
Miércoles, 16 de marzo 2016, 12:25
Alrededor de 500 alumnos de Primaria de once colegios santanderinos volverán su mirada el cine a través de los clásicos King Kong, Metrópolis o Nosferatu, Viaje a la luna y La casa encantada. Son las Jornadas de Cine Educativo que organizan, por segundo año, el ... Ayuntamiento de Santander y la Fundación Caja Cantabria. Bajo el título La luz fantástica del cine: destellos de fascinación, las proyecciones comenzarán el 6 de abril y se prolongarán hasta el 25 de mayo.
De los directores George Meliés o Segundo de Chomón, pioneros, a joyas como Metrópolis de Lang, o Nosferatu de Murnau, el ciclo vuelve a subrayar la importancia de mostrar fragmentos reveladores y significativos de un tiempo en el que el cine y la vida comenzaban a sumar y fundir vínculos. Un itinerario lleno de magia y fantasía por los albores de este arte en un redescubrimiento de las raíces del cine.
La concejala de Cultura, Miriam Díaz, presentó ayer la jornada acompañada por el director general de la Fundación Caja Cantabria, Juan Muñiz, el director del Aula de Cine de la Universidad de Cantabria, Guillermo Martínez, y el psicólogo y especialista en Literatura Infantil Javier Flor.
El cine fantástico será protagonista de este nuevo ciclo que ha tenido una gran acogida en los centros educativos de Santander. En solo dos días se cubrieron todas las plazas ofertadas. El objetivo es «acercar el cine a los más pequeños, potenciar la creación de públicos, infundir el amor al séptimo arte y explicar el valor expresivo y la creatividad de la ficción, las tramas, técnicas y personajes de cada una de las cintas seleccionadas», insistió Díaz, quien aseguró que permitirán confrontar la visión que tienen hoy los niños de los medios audiovisuales, con la de los pioneros del cine.
Los títulos seleccionados, por orden cronológico, son Viaje a la luna, de Georges Méliès (1902); La casa encantada, de Segundo de Chomón (1907); Nosferatu, de F. W. Murnau (1922); Metrópolis, de Fritz Lang (1927) y King Kong, de Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack (1933), única cinta de cine sonoro incluida en esta propuesta.
Las sesiones con los escolares durarán hora y media. En este tiempo, los alumnos disfrutarán de las proyecciones y comentarán fragmentos de las obras realizadas por pioneros o maestros del cine de las primeras épocas del siglo XX. Cada fragmento será introducido por los ponentes que, al finalizar, generarán un diálogo con los niños, para contrastar su visión actual de los medios audiovisuales con la forma de entender el cine de los pioneros del lenguaje fílmico. «No hay que olvidar que el cinematógrafo fue el primer medio de comunicación de masas iconocinético», apuntó ayer Guillermo Martínez, director del Aula de Cine de la Universidad de Cantabria.
En total, se celebrarán ocho jornadas, que se desarrollarán en la sala de audiovisuales del Casyc UP, e incluirán la proyección de algunos fragmentos de las películas, salvo en el caso de La Casa Encantada, que se mostrará completa. Las sesiones tienen una duración de hora y media. Cada fragmento será introducido por los ponentes Guillermo Martínez, Javier Flor y el periodista y crítico de cine Guillermo Balbona y se comentará después con los niños, que contarán con material para trabajar en las aulas. Se hablará sobre qué entienden los jóvenes por fantasía y se investigará sobre los temas que abordan las películas: un viaje a la luna, vivir en una casa en cantada o la ciudad del futuro, entre otros. Los alumnos también recibirán una pequeña documentación sobre las películas antes de visionarlas.
Entre magia y fascinación
En palabras de Guillermo Martínez, será «un itinerario de magia, fantasía y fascinación», que supondrá un redescubrimiento del cine. Los escolares conocerán cómo surgió el cine y el talento de los primeros creadores que se enfrentaron al reto de contar historias a través de las imágenes. Las jornadas contribuyen también a fomentar valores educativos, puntualizó Javier Flor, ya que el cine, visto en la gran pantalla, refuerza la atención, facilita la observación de fenómenos, favorece la percepción y la comprensión del mundo, y sensibiliza sobre determinados problemas.
Díaz destacó que el cine, el teatro y las artes tienen un «gran valor educativo» y, por ello, apostó por «mantener, ampliar y consolidar» este tipo de actividades dentro del calendario escolar y por seguir trabajando para ofrecer alternativas a los niños y jóvenes, que son los futuros públicos. También Muñiz insistió en la necesidad de dar continuidad a este ciclo, ya que a pesar de vivir en un mundo «mediatizado por la cultura visual, los niños no tienen acceso a las grandes obras del cine».
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