Las campas del parque de Las Llamas amanecieron cubiertas de porquería

«Pues, para hacerse una idea, estaba un poco como el centro después del día de Santiago». El operario de limpieza lo decía mientras retiraba ya los últimos cristales de una parte del Parque de Las Llamas. A media mañana. Tres o cuatro horas antes, la postal era muy distinta. «Las campas estaban todas blancas, con restos de comida, bolsas y botellas rotas. Y los cristales chicos es muy difícil sacarlos de la zona de hierba». Ese era el relato de la responsable que está de guardia en Parques y Jardines. «No nos había avisado nadie, no había notificación, y he tenido que quitar a la gente que tenía en otros tajos y traerles aquí», explicaba Rocío Carpio, que ha tenido que atender también a algún vecino lógicamente molesto con el panorama. «No ha habido ninguna previsión», denunciaba la persona que, de hecho, llamó a la Policía a primera hora de este jueves.

El origen fue una fiesta celebrada el miércoles por la noche en Escenario Santander, el Spring Break. Conciertos desde las ocho de la tarde hasta casi las cuatro de la madrugada. El problema fue el botellón que se organizó en los alrededores. «Eso no estaba ni programado, ni previsto», explican desde el Ayuntamiento, que confirma que «no hubo ningún aviso a la Policía Local porque no se registraron incidentes». No hubo agentes. Desde la sala, por su parte, explican que no detectaron que se tratara de «un macrobotellón». «No vimos la necesidad de avisar». Asumen, visto lo visto, que podrían «haber avisado» y no eluden su responsabilidad.

«Si se organiza un acontecimiento fuera de la instalación, necesita un permiso especial y se organiza, por tanto, un dispositivo especial», explican desde el Consistorio. Pero los conciertos eran dentro, ceñidos a la sala, en la que se habían vendido 950 entradas. Por eso no se notificó nada a Parques y Jardines. El problema surgió cuando algunos de los participantes salieron fuera y a ellos se sumó más gente que no asistió a la fiesta en Escenario Santander. «Ya se había celebrado otras dos veces. Una fiesta para universitarios y todo había salido bien. Anoche, de hecho, quedaron algunas entradas. Nosotros controlamos justo hasta donde empieza el parque. Pero posiblemente hubiera más gente de lo normal fuera, que, francamente, no detectamos y que se repartió por el parque», asumían desde Escenario Santander, mientras fuentes policiales confirmaron que estuvieron «en el entorno de Cañadío y la calle Gándara» pero que no recibieron «ningún aviso desde Las Llamas».