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Guillermo Balbona
Lunes, 6 de junio 2016, 19:38
La fallida candidatura de Santander a la capitalidad cultural europea 2016, que finalmente recayó en San Sebastián, dejó un poso colectivo que sirvió para visibilizar a determinados colectivos culturales y revitalizar iniciativas y proyectos ciudadanos. Ahora, mientras Santander se encuentra representada en la Bienal de ... Arquitectura de Venecia y acudirá en septiembre a la Bienal del Diseño de Londres, la ciudad ha presentado su candidatura para convertirse en Capital Mundial del Libro en 2018.
Al margen de las posibilidades de elección, que se antoja difícil dados los antecedentes casi siempre inclinados por ciudades de gran tamaño, el Ayuntamiento se ha postulado con el objetivo de abordar un proyecto «basado en el fomento a la lectura, el apoyo al tejido profesional y la generación de espacios de encuentro».
La candidatura de Santander cuenta con el apoyo de la Comisión Nacional de la Unesco, la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros y la Federación de Gremios de Editores de España. A mediados del próximo mes de julio se conocerá el fallo del Comité de Selección designado por la propia Unesco. De España solo Las Palmas de Gran Canaria acompaña a Santander en la candidatura.
El Ayuntamiento ha presentado ya su solicitud, que ha sido admitida, para lograr este reconocimiento internacional que ya han ostentado con anterioridad otras 15 ciudades del mundo.
La primera ciudad en conseguirlo fue precisamente Madrid en el año 2001. Después Alejandría (Egipto, 2002), Nueva Delhi (India, 2003), Amberes (Bélgica, 2004), Montreal (Canadá, 2005), Turín (Italia, 2006), Bogotá (Colombia, 2007), Amsterdam (Países Bajos, 2008), Beirut (Líbano, 2009), Buenos Aires (Argentina, 2011), Port Harcourt (Nigeria, 2014), entre otras. Actualmente es la ciudad polaca Wroclaw la que ejercer de capital, título que cederá a Conakry (República de Guinea) el próximo año.
«Hemos preparado el proyecto con rigurosidad e ilusión y con el convencimiento de que el libro es la base principal de la cultura pero he de reconocer también que es un reto muy difícil ya que optan a la candidatura ciudades de todo el mundo y hasta ahora la ciudad más pequeña en ser reconocida con este galardón ha sido Beirut, con 360.000 habitantes», explicó el alcalde de Santander, Íñigo de la Serna. El regidor apuntó que «el ayuntamiento es ambicioso en sus objetivos pero, al mismo tiempo, es prudente porque es consciente de la dificultad de un proceso de estas características en el que, en la mayor parte de las ocasiones, han sido grandes ciudades las seleccionadas».
Tres objetivos
El proyecto pivota alrededor de tres objetivos principales: fomento de la lectura; apoyo al tejido profesional y generación de espacios de encuentro entre lectores.
Íñigo de la Serna considera que la candidatura «es coherente con el pasado, el presente y el futuro que se planifica para la ciudad. De hecho, el Plan Estratégico de Santander 2010-2020 identificó la cultura como uno de los ejes para el crecimiento social y económico de la ciudad», precisó.
La candidatura de Santander se plantea como un compromiso de la ciudad con el ecosistema del libro (lectores, escritores, editores, libreros, bibliotecarios etc.) «al considerar que los libros son la base de la cultura, la lengua y el pensamiento». La capitalidad Mundial del Libro ayudaría, según el alcalde, «a la consolidación del ecosistema del libro a través de programas estables para el fomento de la lectura, la visibilización del sector y el apoyo claro a los escritores, las librerías independientes, las editoriales y la red de bibliotecas».
El proyecto de Santander incluye un programa con una veintena de actividades específicas entre las que cabe destacar galas de inauguración y clausura, encuentros con escritores, festivales literarios, ferias, cursos, actividades formativas, un congreso de escritores, recorridos literarios teatralizados o residencias para autores, entre otras propuestas.
Además, en la candidatura se han puesto en valor las actividades en torno a los libros que ya se desarrollan en la ciudad: recitales, presentaciones, festivales, la feria del libro y la feria del libro viejo, los premios literarios, las actividades generadas por las bibliotecas, los ciclos del verano de los 'Martes literarios' y las 'Veladas poéticas' de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) o la campaña Bono Cultura, entre otros muchos ejemplos. El comité de selección de la Unesco hará pública su resolución a mediados del próximo mes de julio.
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