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Uno de los puestos del año pasado, en la feria organizada por El Diario Montañés con la colaboración de la Oficina de Calidad Alimentaria del Gobierno
La inmensa huerta del Sardinero

La inmensa huerta del Sardinero

Casi cien empresarios del sector agroalimentario participarán en la Feria del Producto de Cantabria los días 9, 10 y 11 de diciembre en el Palacio de Exposiciones, donde el año pasado se congregaron más de 20.000 visitantes

nacho gonzález ucelay

Domingo, 4 de diciembre 2016, 07:53

Casi cien empresarios del sector agroalimentario participarán en la XIII edición de la Feria del Producto de Cantabria, una exitosa muestra gastronómica que los días 9, 10 y 11 de diciembre abrirá de par en par sus puertas en el Palacio de Exposiciones de Santander para convertir el Sardinero en una inmensa huerta de más de 3.000 metros cuadrados en la que cualquier visitante podrá colmar su cesta navideña con los productos típicos de la tierra.

Organizada por El Diario Montañés con la colaboración especial de la Oficina de Calidad Alimentaria del Gobierno de Cantabria, la feria, por la que el año pasado se acercaron alrededor de 20.000 personas, también permitirá sacar músculo a los productores de la provincia, representantes de sectores alimenticios tan diversos y variados como el conservero, el cárnico, el agrícola, el lácteo, el cafetero o el orujero para quienes este balcón culinario con vistas exclusivas al Cantábrico supone una oportunidad de promoción inigualable.

Repartidos por los 92 pabellones que se van a levantar en el recinto (la demanda era mayor, pero el espacio disponible no da más de sí), los productores tendrán tres días para publicitar sus carnes, verduras, hortalizas, lácteos, quesos, quesadas, sobaos, cafés, mieles, aceites, vinos, cervezas, orujos y conservas, género de incuestionable calidad que ha llevado a Cantabria a consolidarse como una de las comunidades autónomas más pujantes en la escena alimenticia.

«Estamos deseando que llegue el día», confiesa Adolfo Balaustegui, que el próximo viernes se colocará detrás del mostrador de la marca Conservas Catalina.

A él le basta con que esta edición «sea igual de buena que la anterior», de la que guarda un gran recuerdo. «Está funcionando muy bien», afirma el representante de la empresa, que lleva siete años ofreciendo anchoa, bonito, mejillones, sardinas... «nuestras mejores conservas», resume Balaustegui a una clientela que busca exquisitez en unas fechas en las que el consumo se dispara. «Que esta feria se celebre en vísperas de la Navidad es, desde luego, un acierto porque estos son los mejores días ya no sólo para vender el producto sino para darlo a conocer», recalca esperanzado el conservero, que exige a las administraciones «un mayor esfuerzo» a la hora de promocionar los productos regionales fuera de Cantabria.

A mejor

«Es una feria atípica porque, a diferencia de otras, mejora cada año», afirma María Ángeles Sáinz, gerente de la empresa Sobaos Joselín, a la que no asusta la fuerte competencia que encontrará en el salón. «No, porque la competencia es buena, te hace mantener la ilusión», reflexiona la empresaria, que llevará «sobaos, quesadas y pastas típicas de los valles pasiegos».

Sáinz, que cree que el sector agroalimentario está ganando terreno «porque parece que de una vez todos estamos mirando por lo de casa», está segura de que de esta edición «nos llevaremos buenos números pero, sobre todo, nuevos clientes» de vuelta a Selaya.

«Y si encima acompaña el tiempo... vamos a tener la menor feria de la historia», augura Tomás Pérez, propietario de la quesería artesanal Tres Valles Pasiegos.

Pérez ofrecerá en su stand un extenso catálogo de quesos artesanos, entre ellos las dos variedades premiadas con sendas medallas de plata y de bronce en el campeonato del mundo celebrado en San Sebastián. «La gente busca productos de calidad y en la feria los va a encontrar», anima entusiasmado el empresario, que cree que el 70% de sus clientes «son repetidores de otras ediciones que vienen a comprar con vistas a las fiestas navideñas».

Aunque la idea es, también, captar nueva clientela aprovechando el enorme tirón de una muestra que, asegura afirma Camino Cotera, «es de las que no suelen fallar». Propietaria de la empresa familiar Orujos Mariano Camacho, Cotera, que por encima incluso de las ventas valora «el enorme movimiento» que genera una feria de este tipo, ofertará «seis tipos de licores de sabores muy tradicionales» en el lugar que le ha sido asignado dentro del «mejor escaparate posible».

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