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Violeta Santiago
Domingo, 29 de enero 2017, 07:57
¿Cuánto cuesta reponer una papelera arrancada de cuajo? ¿Y un contenedor al que se han hecho perrerías? Al vecino medio le resulta difícil, en general, calcular lo que se gasta la ciudad en ir recomponiendo lo que deterioran los gamberros, pero todo tiene precio: ... de media, una papelera puede salir por 400 euros (si es metálica o de madera, las de plástico sólo cuestan 50 euros). Una farola promedio porque las hay de muchos tipos puede costar unos 1.400 euros, mientras que un contenedor de basura supone un desembolso de alrededor de 1.000.
Reparando o cambiando, tacita a tacita, a Santander le costó el año pasado más de 180.000 euros corregir los desmanes de los gamberros y volver las calles a su estado de revista. Esta cantidad no siempre corre por cuenta directa del Ayuntamiento, ya que normalmente la encomienda queda para las empresas que prestan los correspondientes servicios al municipio.
Papeleras destrozadas y contenedores quemados es lo que más habitualmente hay que enfrentar, pero el capítulo de limpieza de pintadas y la retirada de carteles de donde no deben estar es lo que más caro sale en conjunto y con diferencia: el año pasado se gastaron 91.000 en estos trabajos (unos 250 euros al día). Los servicios correspondientes tuvieron que intervenir sobre casi 4.000 metros cuadrados de superficie agredida, con un total de 1.085 actuaciones de fregado, lo que significa que cada día del año, con los festivos incluidos, se limpiaron tres pintadas.
El grupo municipal de Ciudadanos acaba de conseguir que el Ayuntamiento desarrolle una campaña de sensibilización ciudadana hacia este problema con una fórmula que ya han adoptado otras ciudades, como Pamplona (Navarra) o Plasencia (Cáceres).
La medida consistirá en poner una etiqueta con los precios de los elementos a los que se daña con más asiduidad. Se hará solo como proyecto piloto, en una zona a elegir de la ciudad, que se escogerá expresamente por ser muy transitada, en la idea de que esa etiqueta sirva para despertar la conciencia de quienes se dedican a destrozar este tipo de piezas del mobiliario urbano. O, al menos, para que sepan lo gravosas que le salen sus actuaciones a las arcas municipales. Sólo el PP secundó a Ciudadanos en su propuesta.
euros, aproximadamente, cuestan las papeleras de madera o metálicas. Las de plástico, 50.
El año pasado, la Policía Local tuvo que actuar en 286 ocasiones por daños intencionados al patrimonio de la ciudad (tanto público como privado). Se llamó a la Policía Local en 50 veces por pintadas y en más de la mitad de los casos se identificó al autor. Curiosamente, se requirió más a las fuerzas del orden para denunciar estropicios en áreas privadas (210) que por destrozos al patrimonio público.
euros viene a ser el coste medio de una farola, aunque los precios varían mucho según el tipo.
A lo largo de 2016, en la ciudad se quemaron 35 contenedores. Los preferidos de los gamberros son los de Residuos Sólidos Urbanos. Ardieron 15. Pero también se incendiaron siete contenedores de papel y cartón, otros seis de envases y cinco de vidrio. Retirarlos de la vía pública, limpiar y colocar los nuevos, costó 31.550 euros, a lo que hay añadir los otros 16.448 euros de reponer dos buzones de recogida neumática. En total, unos 48.000 euros.
euros cuesta cada contenedor. Son los preferidos de los gamberros que buscan hacer un fuego.
20.000 euros en bancos
Arreglar los desperfectos de los bancos de la ciudad, por otro lado, costó otros 20.000 euros, si bien el Ayuntamiento no achaca los daños que se producen en estos tanto al vandalismo como al mal uso.
euros se gastaron en limpiar pintadas y carteles. Hubo más de 1.000 actuaciones de limpieza.
En la ciudad hay censados 2.300 bancos públicos. De ellos, 2.045 son de madera, 221 de hormigón y 19 de piedra. Y en los parques y zonas verdes se contabilizan otros 2.000 bancos. Finalmente, el número de papeleras que tuvieron que ser reparadas fue de 171 con lo que el coste de arreglarlas y reponerlas ascendió a casi 13.000 euros.
euros costó reponer las papeleras que hubo que reparar o reponer el año pasado.
El año pasado hubo que hacer frente a desperfectos más inusuales de las infraestructuras públicas. Los dos más significativos fueron los daños que se ocasionaron en la primera rampa mecánica de la calle Eulalio Ferrer, que estuvo parada casi tres meses. Ponerla al día costó casi 10.000 euros. También estuvo fuera de servicio unos cuantos días el funicular del Río de la Pila, donde rompieron la puerta. ¿Factura? 6.000 euros.
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