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Las pasarelas soportan el paso de los caminantes, pero también de los ladrones que se llevan las maderas y de los vándalos que las pintan.
El desamparo de la senda costera

El desamparo de la senda costera

El deterioro y el abandono se adueñan del camino de la costa, pendiente del nuevo proyecto del Ministerio de Medio Ambiente

Violeta Santiago

Sábado, 4 de marzo 2017, 18:04

La palabra más repetida es decepción. La usan uno tras otro Natalia, Javier, Ángel, Eva y Arturo. Los cinco están ofendidos por todo el proceso de los últimos años en torno a la senda costera de Santander. Llevan paseándola toda su vida desde Cueto, desde Monte o desde Valdenoja y no se acaban de creer lo que está ocurriendo. La ruta vive hoy en el desamparo: con basura aquí y allí, con todas las empalizadas del primer intento de delimitarla oficialmente en su sitio, con las rodadas de los vehículos que entran... Senda Revisión Total, ruega una pintada en un muro. Es lo que quieren sus caminantes: un trayecto «lo más natural que se pueda», y que acabe con un deterioro que parece no tener fin desde que hace ya tres años entraran las primeras máquinas.

Tres días después de que la Demarcación de Costas de Cantabria hiciera público su proyecto para acabar el sendero (cuyo arreglo se tuvo que suspender en octubre de 2014 por la presión popular), recorrer la ruta costera es ver un terreno abandonado, descarnado, con empalizadas que siguen tiradas allí donde los ladrones no se las han llevado, con basura acumulada por toda la zona y señales, escasas, que han logrado sobrevivir a los vándalos. La conclusión es sencilla: la suciedad y el abandono arruinan el paisaje entre Cabo Mayor y la Virgen del Mar.

«¿Lo más especial que queda en Santander nos lo vamos a cargar? Cualquier ciudad tiene un paseo marítimo. Pero un espacio como éste no se encuentra en cualquier sitio. Habría que ser más consciente, y valorarlo». En el vocabulario de Eva Cuerno, valorarlo quiere decir «instalar cuatro detalles de cartelería informativa, señalizar bien y ya está».

Cuerno denuncia que ahora se nota un gran deterioro en muchos lugares. «Con el intento de mejorarla, al final muchas zonas se han quedado descarnadas de tierra, se ha variado el trazado por sitios que no tienen ningún sentido.... para nosotros (los habituales) está siendo todo muy decepcionante. Y lo peor es que nadie se ha hecho responsable del deterioro».

«Un sufrimiento»

«Esto ha sido un sufrimiento desde que vimos entrar las primeras máquinas pesadas y lo va a seguir siendo», se escucha a un desolado Ángel Gerez, para quien esta vía ha sido toda la vida «un escape». Gerez señala que «todo el proceso ha sido sangrante» y ver cómo se encuentra ahora una de las zonas más bellas de Santander es hasta desolador.

La situación de deterioro de la ruta costera llevó a PSOE, Ganemos e IU a presentar una moción en el Ayuntamiento de Santander hace ya un año. La idea era que el Ayuntamiento instara a Costas a limpiar la zona, a recuperar el entorno y a ocuparse de vigilar un espacio que anda, a juicio de estos vecinos, «descontrolado». Pretendía eso y que, en el caso de que Costas no se hiciera cargo de poner en orden la senda entre Cabo Mayor y la Virgen del Mar, fuera el propio Consistorio el que se encargara de la tarea. Pero el Ayuntamiento dijo no. ¿La explicación? No es competencia municipal y el Ministerio trabaja en el nuevo proyecto. De aquello ha pasado ya un año. Un año de más deterioro, de más abandono, de más «decepción».

«A mí me duele la senda», dice Gerez. «Hablo desde el sentimiento», apunta Lastra. «Me toca lo que hacen porque esta senda la he vivido siempre como mía», remacha Cuerno. Todos ellos, por cierto, han tenido una relación más o menos cercana con la Asamblea en Defensa de la Senda Costera.

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