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Torres y pináculos, restaurados y pintados de amarillo, sobresalen entre el andamiaje.
La iglesia neogótica del Alto de Miranda vuelve a lucir entre andamios

La iglesia neogótica del Alto de Miranda vuelve a lucir entre andamios

La congregación de los Redentoristas, propietaria del templo, está restaurando las torres, pináculos y fachada del edificio terminado en 1927

Juan Carlos Flores-Gispert

Sábado, 8 de abril 2017, 18:24

Entre andamios y toldos asoman las torres neogóticas restauradas de la iglesia de los Redentoristas, del Alto de Miranda, después de semanas de una cuidadosa restauración, con la reproducción de alrededor de 300 piezas destruidas por los años, las inclemencias del tiempo y la vejez de los materiales. La iglesia que diseñó Agustín Lavín del Noval en 1920 y acabó Javier González de Riancho siete años después, estará lista en las próximas semanas para que las bodas y las comuniones no desluzcan. No le faltará ni una sola de las piezas que se llevó por delante el viento del norte y los temporales, reproducidas por técnicos de la empresa cántabra Julcarmar, de Víctor García, la misma que hace unos años restauró con gran éxito la iglesia de los Carmelitas, de la calle del Sol.

El trabajo ha sido minucioso hasta el punto de que se ha montado en uno de los patios del templo un taller de reproducción de las piezas desaparecidas o dañadas. Con nuevos materiales y estructura de red de plástico y atravesando cada pieza, para unirla a las torres. Nada de hiero. Ahora acero, que no se enroñece, no se hincha y por tanto tampoco afecta al revestimiento.

Casi centenario

La idea es que el edificio permanezca otro siglo en buen estado. Porque ésta es la primera vez que la iglesia del Alto de Miranda es sometida a un proceso de restauración de este calibre. Hasta ahora solo se habían realizado trabajos de pinturas y revocos. Y, a pesar de ello, la fachada y las torres y sus pináculos se mantenían en bastante buen estado. Hasta que hace dos inviernos el temporal arrancó trozos de la decoración que cayeron a la calle y saltó la voz de alarma. Así se tomó la decisión de proceder a la restauración.

La fachada mantiene sus principales elementos ornamentales, como el reloj, pero hace décadas que perdió las campanas que, según cuentan en la orden religiosa, fueron enviadas a Estados Unidos.No hay más pistas sobre el particular. El reloj está parado desde hace años. En el proyecto de restauración de la fachada y mejora del templo no se incluye su reparación.

Algunas fechas

  • 1920. Los Redentoristas piden autorización Ayuntamiento para construir una iglesia en el barrio del Alto de Miranda y atender las necesidades de los vecinos. El arquitecto fue Lavín del Noval.

  • 1927. El arquitecto Javier González de Riancho acaba el templo, neogótico con todas sus características, al gusto de la época.

  • 2016. Los Redentoristas deciden emprender la reforma de las fachadas, después de que hayan sufrido algunos desperfectos por el clima y la vejez de los materiales con que fue construido.

  • Abril de 2017. Acaba la restauración de las torres. Toda la fachada estará descubierta en mayo.

"Por el aumento de vecindario en el barrio de Miranda, en el que está situada la capilla de los Santos Mártires, y en otros barrios próximos, se hace sentir la necesidad de sustituir la citada capilla por otra iglesia de suficiente amplitud para llenar las necesidades del culto". Así lo pidió en 1920 la orden religiosa al Ayuntamiento, dando cuenta de que el arquitecto sería Lavín del Noval.

Fue un proyecto para iglesia y residencia de religiosos y, camino del siglo, el edificio de los Redentoristas del Alto de Miranda sigue cumpliendo esta función. Sigue abierta al culto de este barrio santanderino y aloja a religiosos que ya no se valen por sí mismos. Una iglesia con una gran nave central y una fachada como les gustaba a los arquitectos de la época, neogótico con todas sus florituras incorporadas.

Era en aquella época obispo de Santander Juan Plaza García, a cuya memoria el Ayuntamiento dedicó una calle entre la catedral y el Banco de España. Con todo, no es este templo del Alto de Miranda el más antiguo de Santander. La iglesia de Santa Lucía, en la plaza de Cañadío, que en un tiempo cumplió funciones de catedral, cumple 150 años.

Modernos materiales

Cuando el equipo de Juncalmar inició la restauración decidió, en primer lugar, realizar una limpieza con chorro de arena."Entonces se descubrió en realidad, lo mal que estaba la construcción", dice Víctor García. Todas las torres y las fachadas están realizadas a base de mortero y ladrillo, todo es original de hace un siglo. Se habían producido numerosas fisuras por la oxidación de las armaduras de los ornamentos y los anclajes de los adornos al cuerpo base. Las fisuras permitieron que entrase el agua y se oxidase la armadura, y el hierro oxidado crece varias veces de diámetro y hace que estalle el mortero. Se han reproducido capiteles, ornamentos, los nervios, las flores del remate de las torres y las piezas que faltaban, algunas de hasta 120 kilos de peso.

Las nuevas piezas se han construido con mortero libre de cloruros y una red de fibra antialcalina, que no se hincha. Las varillas son de acero inoxidable, AISI 316, resistentes a las sales. Los mismos materiales con que se está construyendo la Sagrada Familia de Barcelona.

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