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José Carlos Rojo
Martes, 11 de abril 2017, 19:12
En los últimos seis años, las nuevas matrículas de los estudios de grado de la Escuela de Caminos de la Universidad de Cantabria han caído un 40%. "A finales de la década de los setenta los estudios de caminos se reconfiguraron para adaptarse a las nuevas necesidades del mercado. Ahora, con la crisis del sector de la construcción, todo el mundo coincide en que vamos a tener que reinventarnos de nuevo". La conclusión de José Luis Moura, actual director de la Escuela de Caminos de la Universidad de Cantabria, que celebra estos meses su 50 cumpleaños, es el sentimiento compartido por todos los antiguos directores de uno de los centros más antiguos del campus, germen allá por 1972 de la propia Universidad de Cantabria.
Miguel Ángel Losada, Federico Gutiérrez-Solana, Fernando Cañizal, Pedro Serrano y el propio Moura debatieron ayer en una mesa redonda sobre el pasado, presente y futuro de esta titulación a la que la crisis ha castigado con dureza. Fue la primera de las actividades que integran el programa de celebraciones que continuará el 4 de mayo, con un homenaje a profesores y personal de administración y servicios; y el 13 de mayo con la visita de exalumnos del centro, entre ellos el ministro de Fomento.
Un repaso de la historia
"Haremos un recorrido por la historia de la escuela para poner de manifiesto la importancia que tiene este centro para la universidad y para la ciudad", matizó Moura. La Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Santander fue creada por Decreto de 12 de diciembre de 1963 y comenzó a impartir las enseñanzas del primer curso en octubre de 1966, en una época en la que únicamente existía la Escuela de Madrid, impulsada por Agustín de Betancourt en 1802. Con una plantilla de 24 profesores, la primera promoción contó con 248 alumnos.
Santander era, en aquel año 1963, la única capital del norte de España que carecía de estudios estrictamente universitarios y fue así como la Escuela de Caminos configuró el primer centro de enseñanza superior en la región y fue el origen del proceso que culminó con la creación del Distrito Universitario de Santander, germen de lo que después fue la Universidad de Cantabria, creada en octubre de 1972.
El futuro de la profesión
"Solo nos queda pensar en el futuro para intentar que nuestros egresados vuelvan a tener el peso que han tenido siempre en el mercado laboral", contó Moura. Para eso existe solo una estrategia:ofrecer a las empresas lo que necesitan. "Yen esto hay cuatro campos de trabajo muy marcados donde podemos hacernos muy fuertes. Me refiero a la energía, el agua, el transporte y la ingeniería de los nuevos materiales. Son las ramas importantes sobre las que deberemos especializar a los nuevos ingenieros", detalló el actual director del centro.
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