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Este lunes se cumple un año del estallido del conflicto en Gaza y las manifestaciones en apoyo al pueblo palestino se multiplican en todo el mundo. También en Cantabria. Este sábado más de 500 personas se han reunido en la plaza Numancia de Santander al grito «Boicot a Israel» o «No es una guerra, es un genocidio». A la movilización han acudido personas de todas las edades, incluidos niños, perros con prendas reivindicativas y miembros de 37 asociaciones cántabras.
La manifestación, convocada por Interpueblos y el Comité de Solidaridad con los Pueblos, promueve el objetivo de «conmemorar a las victimas del apartheid y poner fin al comercio de armas y a las relaciones con Israel». El propósito se ha reflejado en los cientos de carteles que adornaban la marcha. «Boicot a Burger King» o «Boicot a BBVA» han sido alguno de ellos, y es que los defensores de Palestina acusan a estas empresas de «colaborar indirectamente con Israel». Incluso se ha dejado ver un cartel en el que se podía leer «Tus ganancias tiene sangre». No faltaron tampoco las banderas de Palestina y Líbano o las prendas con mensajes de apoyo.
El palestino y portavoz de Interpueblos, Najaty Jabary, ha pedido «que pare el genocidio después de un año con casi 42.000 muertos, más de un millón y medio de gente desplazada y la destrucción de casi la totalidad de Gaza». Quienes también han pedido «el fin del genocidio en Palestina» han sido las Asambleas Feministas Abiertas de Cantabria. Una de sus integrantes, Nieves Gutiérrez, ha sido clara con su discurso: «Pedimos el boicot a las armas y a los productos que entregamos a Israel. Si compramos y vendemos armamento somos cómplices. Hay que desmilitarizar la zona. Las negociaciones políticas y la diplomacia están para eso y es urgente».
Además de las asociaciones, también se han movilizado ciudadanos cántabros a título particular como Begoña Calvo, quien ha acudido a la protesta con una amiga y ha denunciado la falta de manifestantes en la misma: «Venimos por pura impotencia. Esta es la única forma de decir 'basta ya', pero, ¿quién nos oye? No hay gente, somos muy pocos y parece que estamos anestesiados». La marcha ha recorrido por la calle Burgos y la calle Jesús de Monasterio hasta llegar a la plaza del Ayuntamiento.
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