Abre el hotel Rhin Garden de El Sardinero

La reforma ha sentado bien al entorno, ya que el edificio estaba muy deteriorado desde que cerró el antiguo hospedaje en 2015. Ahora está completamente renovado y con una imagen moderna que deja atrás la etapa de la Pensión Margarita. La fachada, en un tono blanco roto, contrasta con el rótulo en negro que refleja el nombre del establecimiento. En el interior también destacan los colores claros combinados con madera, tanto en las zonas comunes como en las habitaciones.

La amplia terraza, localizada en la parte trasera del edificio, cuenta con mesas y sillas protegidas por amplias sombrillas y árboles junto a los que se despliega una amplia piscina con una zona de tumbonas. Todos los elementos exteriores siguen a juego con los interiores, en esos tonos claros y madera.

Este nuevo hotel que abre en el entorno de ElSardinero está muy cerca de algunos de los principales atractivos turísticos de la zona: a 200 metros está Piquío, a 400 metros está el acceso a la Primera Playa y, a diez minutos, el campo de fútbol del Racing de Santander, el Palacio de Deportes y el de Exposiciones. No queda tan a mano del centro, aunque ahora en verano el horario del autobús municipal, durante los fines de semana, se prolonga hasta bien entrada la noche.

El papeleo para convertir el inmueble en el hotel que es hoy arrancó hace seis años, cuando el grupo Balneario de Puente Viesgo pidió la primera licencia, que se demoró hasta 2020. Entonces, surgió el siguiente inconveniente: la crisis sanitaria del covid paralizó las actuaciones antes incluso de que pudieran empezar. Ya en mayo de 2022, por fin, pudieron arrancar las intervenciones y ahora, dos años después, el establecimiento está en marcha en plena temporada alta.

Esta pensión fue referencia para miles de veraneantes de Castilla que llegaban desde finales del siglo XIX a tomar los baños a las playas santanderinas. Mientras quienes podían pagarlo se alojaban en el Hotel Real, y la burguesía se aposentaba en los hoteles de El Sardinero, los veraneantes más modestos lo hacían en la docena de pensiones del entorno de Piquío. Margarita bajó la persiana en enero de 2015. Entonces, María Teresa López Alonso –propietaria del establecimiento, que antes fue de su esposo Pablo Sánchez, y fundaron sus suegros Cipriano Sánchez y Margarita Rodríguez– explicó a El Diario Montañés que cerraba porque era «mayor», porque los clientes habían bajado y porque se acababa el contrato de renta antigua. La decisión ya la tenía pensada con sus hijos: «Ha llegado el momento», añadía. Y ahí empezó el cambio de ciclo del inmueble.

El hotel Rhin Garden pertenece al grupo del Balneario de Puente Viesgo, cuyo auge se produjo a principios del siglo XX al recibir la visita de personalidades del mundo de la literatura y la sociedad como el Marqués de Comillas, Benito Pérez Galdós o Marcelino Menéndez Pelayo. Una de las mayores remodelaciones del complejo se produjo en 1991, cuando se dotó al hotel de 101 habitaciones. Y las mejoras y ampliaciones han continuado desde entonces. En 2003 se construyó otro edificio situado en el parque ubicado frente al hotel original, con el que se amplió aún más el número de habitaciones. Tres años después se abrió una nueva instalación termal que terminó por convertirse en uno de sus espacios más populares, el Templo del Agua. En la actualidad sigue siendo uno de los complejos termales más conocidos y prestigiosos a nivel nacional y una referencia dentro del sector.