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Las aceras de Jerónimo Sainz de la Maza son un collage. En pocos metros uno puede encontrarse baldosas cuadradas, hexagonales... Las que tuvieran a mano ... cuando tocaba arreglar algún roto. Hay tramos en los que el bordillo, de desgastado, ya ni aparece y el nivel está casi ya por debajo del de la propia carretera. Y eso, cuando llueve, convierte el piso en un afluente del Ebro. «Yo las he conocido toda la vida así», dice el presidente de la asociación de vecinos del barrio tratando de hacer memoria respecto a la última vez que hubo obra –más allá de los arreglos parciales–. Por eso se pusieron en contacto con el Ayuntamiento, que les indicó que había un proyecto ya aprobado por el Ministerio de Fomento para adecentar la calle. Pero eso coincidió con el cambio de Gobierno y allí no han vuelto a saber nada. Lo último fue mandar una carta al delegado del Gobierno. Para preguntar. Fue en octubre y aún no han recibido respuesta. «Está en estudio», indican a El Diario desde Delegación.
Para situarse, es la calle de la Plaza de Toros. Y precisamente ese lado es el que peor está (el de la parte que da a Valdecilla aguanta algo mejor). Desde la Asociación de Vecinos Pedro Velarde se dirigieron en su día al Ayuntamiento para pedir el arreglo del tramo que va de Cuatro Caminos a la rotonda de Valdecilla Sur. De hecho, la mujer del propio presidente de este colectivo sufrió un accidente en un tramo de acera hundido que le supuso dos meses de baja y la presentación de una denuncia ante el Consistorio.
Eloy Rebollar relata que le explicaron que existía un proyecto en Fomento para arreglar la calle. Una obra de la que se informó en este periódico en junio. El acuerdo se alcanzó con el ministro saliente, Íñigo de la Serna. Su departamento asumiría el coste del arreglo de tres calles por tratarse de carreteras estatales –aunque parezcan del entramado urbano–. Una obra estaba enfocada a mejorar la S-10 (la entrada y salida del carril de servicio de la Avenida de Parayas). Otra, la carretera N-611, en la que estaban previstas dos operaciones que cambiarían la intersección de Campogiro. El tercer trabajo era el de Jerónimo Sainz de la Maza. El más sencillo. Porque allí lo anunciado era renovar las aceras y la capa de rodadura de la calzada. Se dijo entonces que la Demarcación de Carreteras ya tenía redactados los proyectos y que el coste de todos esos cambios ascendería a 2,8 millones de euros. Y, con eso, los vecinos de una de las calles que más tráfico –y atascos– soporta de Santander quedaron a la espera. Y ahí siguen. En tierra de nadie.
Por eso en octubre, y ante la falta de noticias tras el cambio en Moncloa, decidieron escribir al delegado del Gobierno. Le contaban que la calle «lleva quince años sin asfaltar», que las baldosas desgastadas «son una pista de patinaje donde se producen numerosas caídas», que se producen «socavones y hundimientos»... «Sabemos que esto es un tema menor para un Ministerio, pero de gran importancia para los ciudadanos de Santander y, en particular, para los vecinos de este barrio». Por eso pedían a Pablo Zuloaga su «mediación».
«Para Fomento algo como esto ya sabemos que no es muy importante, que es el chocolate del loro. Pero para los vecinos y la gente que transita por allí es necesario», insiste Rebollar en busca de respuestas. «Cada vez que se hunde –relata– vienen del Ayuntamiento y le ponen remedio, pero son parches». Y justo así, a parchazos, está la acera. Habla de baldosas «ajadas», de aceras «abiertas»... Y de peligro. De numerosos resbalones, torceduras...
¿Y qué dicen las instituciones? El Ayuntamiento confirma que existía el proyecto y asegura que preguntaron por él al ministro Ábalos. «No hubo respuesta», dicen. Algo que se repitió en su encuentro de noviembre con el secretario de Estado. «Quedaron en contestar, pero no nos han dicho nada. Por eso, hace unos días hemos escrito una carta al Ministerio insistiendo en que nos den una respuesta. Estamos esperando». Por su parte, preguntados en Delegación de Gobierno por este asunto, la respuesta es que el proyecto «lo tienen en Madrid». «Está en estudio», terminan. Por detrás, en todo caso, de la lista de iniciativas a las que el nuevo ministro sí puso fechas o plazos concretos.
Así que los vecinos de Jerónimo Sainz de la Maza no saben si les repararán las aceras. Se han quedado esperando mientras miran cada día el atasco hasta la turborrotonda.
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