Adjudicado el diseño del proyecto para corregir la erosión en la Segunda Playa de El Sardinero

Según se recoge en la memoria de la convocatoria, fue el 27 de julio de 2016 cuando se redactó el proyecto original, que preveía la construcción de tres rompeolas de unos 15 metros de longitud, perpendiculares al muro del paseo, que se revestirían de forma similar para minimizar el impacto visual en uno de los puntos más visitados de Santander. La primera escollera se proyectaba a 42 metros de la rotonda del Chiqui y la tercera, a 132. No se levantarían justamente donde estaban los viejos diques y estarían formados por escollera de hormigón de una tonelada o más –para que se comporten como una estructura de gravedad– y su altura rondaría los 3,25 metros. La inversión prevista para la obra era de casi 464.000 euros.

En 2017, la obra fue sometida a información pública por la Demarcación de Costas en Cantabria y la Secretaría de Estado de Medio Ambiente emitió un informe de Impacto Ambiental que daba luz verde a su construcción. El Ministerio llevó a cabo unos ensayos en modelo físico 3D con fondo móvil que finalizaron en febrero de 2019 y que determinaron que las olas no rebasarían sobre los rompeolas proyectados. Sin embargo, un nuevo estudio publicado a principios del año pasado sobre los rebases en la Segunda de El Sardinero sí concluyó que las obras del proyecto incrementan de «manera significativa» el riesgo de rebases en el Paseo, por lo que se consideró necesario algún tipo de alternativa para reducir estos riesgos. Ahora, será Acadar quien redacte la solución para que los rompeolas cumplan con su función.

Acadar, la misma empresa que diseña la solución para que los rompeolas de El Sardinero sean efectivos contra el mar, redacta también la retirada del espigón de La Magdalena. El Ministerio para la Transición Ecológica sacó los pliegos para retirar la escollera junto a Los Peligros en julio de 2021 y se lo adjudicó a esta empresa en septiembre con un presupuesto de 14.800 euros y con un plazo de hasta nueve meses para la elaboración del plan, por lo que la previsión es que esté listo en junio de 2022. Una vez que esté acabada todo esta labor previa de despacho, habrá que adjudicar los trabajos como tal –aquí aún no hay cálculo de costes– y las máquinas podrán empezar a funcionar.

Desde su inicio, la obra de estas escolleras ha estado rodeada de polémica. El Gobierno central, tras la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a la presidencia, paralizó en junio de 2018 la obra a raíz de las movilizaciones ciudadanas y las peticiones del Parlamento regional y del Ayuntamiento de Santander. Además, ahora existen dos movimientos ciudadanos enfrentados: unos que piden su retirada y otros que exigen que lo mantengan y construyan el segundo dique.