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Las colas en la frutería, los vecinos de toda la vida compartiendo un café en una terraza o dos conocidos que se encuentran caminando por la acera e intercambian sus últimas novedades. Es el día a día en los barrios, donde el sentimiento de comunidad es muchas veces más fuerte que en los centros de las ciudades. En El Alisal, no hace falta salir de sus principales calles para cubrir las necesidades diarias. En eso coinciden los vecinos y desde los comercios, donde las caras que entran cada día son ya las de viejos amigos. «No cambio esto por nada», garantiza Sonia, camarera de Nuevo Milenio, que lleva toda la vida trabajando en esta zona y que, si se desplaza al centro, «es en mis días libres, para tomar algo y cambiar de aires, pero en el día a día no me hace falta. Aquí tengo todo lo que necesito». Al crecimiento exponencial del barrio durante los últimos 30 años –exceptuando el parón de la burbuja inmobiliaria– se suma ahora un 'boom', ya que el Ayuntamiento ha empezado ya a construir la primera fase de 282 viviendas de protección oficial (VPO), que se suma a una veintena de promociones de iniciativa privada, muchas ya en marcha, que elevan la cifra hasta superar las mil viviendas.
Aunque el barrio tiene todo tipo de supermercados y grandes superficies, llama la atención el tirón del pequeño comercio, que en otras zonas de la ciudad va cada día a menos. Además, apenas hay locales vacíos. «Y, cuando lo hay, enseguida vuelve a ocuparse», apunta Noelia, propietaria de la peluquería Inés García, que lleva 30 años en el barrio con el negocio que abrió su madre. Tanto es el apego de sus vecinos por el pequeño comercio, que la frutería Julieta luce a diario una larga cola. «Es así todos los días, porque el producto es buenísimo y la calidad-precio es inmejorable», comentaba una de las clientas que esperaba su turno, Lucía.
S-20
Complejo
Carrefour
Nuevo Alisal
Lidl
Adarzo
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Nuevo Alisal
Lidl
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El Alisal
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Ruth Beitia
Pabellón de
La Albericia
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Mercadona
Parcela del
nuevo Alisal
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Estación de
tren de Adarzo
Residencia
Santa Lucía
El Alisal
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Pabellón de
La Albericia
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Ruth Beitia
Centro de
Medicina Deportiva
Campo de fútbol
Juan Hormaechea
Carrefour
Lupa
Mercadona
Parcela del
nuevo Alisal
Lidl
Residencia
Santa Lucía
Estación de
tren de Adarzo
Los Ciruelos es la calle principal de El Alisal. Cada mañana, se llena de gente que sale a hacer los recados a sus panaderías, peluquerías, pescaderías y bancos, entre otros negocios. Por la tarde, se llenan los establecimientos de hostelería. La zona empezó a crecer en la década de los 90, con la construcción de los primeros edificios en esta avenida, y se fue expandiendo por las calles del entorno. Muchas, con nombres que también hacen referencia a árboles: Cagigas, Abedules, Plátanos, Alcornoques... Durante los primeros años de los 2.000 continuó la expansión, que frenó de golpe poco después por la crisis de la burbuja inmobiliaria que se llevó por delante la construcción de Santander, Cantabria y el resto de España.
Allí vive gente 'de toda la vida', desde que comenzó a edificarse la zona, pero también llega mucha gente joven, al tratarse de un área residencial con todo tipo de servicios a mano. Además del comercio y la hostelería, tiene todo tipo de dotaciones: residencia de mayores, centro de salud, un instituto y parques. Y, aunque el complejo deportivo Ruth Beitia está ya en La Albericia, lo separan apenas unos metros de El Alisal. También está cerca de grandes superficies como Carrefour, Decathlon, Ikea o Mediamarkt, y del Pctcan, una de las áreas que más empleo genera en la ciudad –prácticamente todo el relacionado con la tecnología–.
Uno de los negocios con más recorrido en la zona es la peluquería Inés García, que este año celebra su 30 aniversario. La actual dueña, Noelia, puede hablar con conocimiento de causa del crecimiento de El Alisal. «Tenemos clientela fija pero también se nota el crecimiento de la zona y que viene gente nueva», apunta. «Los locales están siempre ocupados. Cuando uno cierra, no tarda nada en llegar otro. Por suerte, hay mucha gente en el barrio». Su compañera Sandra suscribe sus palabras: «Es una zona en la que tienes de todo, todos los servicios que puedas necesitar».
A pocos metros de allí, Sonia, camarera de la cafetería Nuevo Milenio, confirma las bondades del barrio. «Llevo aquí ya 15 años. Vivo cerca y puedo venir andando, eso es un lujo», comenta, y añade que no lo cambia «por nada». Allí recibe a diario a la gente «de siempre». «Son clientes con los que ya tienes relación, mucha gente mayor que ves desde hace años». La hora punta es en torno a las 11.00 horas, el momento del café de media mañana. «Es verdad que desde la pandemia, los horarios no están tan marcados como antes, pero ese suele ser el momento del día con más clientes». Está contenta con el barrio porque tiene todo a mano sin necesidad de ir muy lejos: «Tengo la lavandería, que me viene genial porque no tengo tiempo de lavar la ropa en casa, la farmacia, paquetería... Y todo cerca, que se puede ir andando».
«Al centro voy como mucho el fin de semana, para tomar algo y cambiar de aires»
«En cuanto vi el anuncio de este local supe que era una buena oportunidad»
«Es una zona en la que tienes de todo, todos los servicios que puedas necesitar»
Entre los 'recién llegados' está Sunder, que hace apenas un año y medio alquiló un local en El Alisal para abrir su tienda de gominolas, Pirulesty. Antes, estuvo en el centro comercial de Peñacastillo –en el mismo gremio–, pero se encontraba en un momento de cambio cuando vio anunciado el local donde está ahora. «Estoy muy contento, sabía que esta era un buena zona para abrir un negocio. En cuanto vi el anuncio del local supe que era una buena oportunidad», apunta. Destaca «la simpatía» de la gente del barrio y «la buena acogida» que tuvo desde el primer día.
Entre aquellos que se han mudado recientemente al barrio está Aldana Silveyra, que entre las virtudes de la zona destaca «la variedad de supermercados, el centro de salud y la buena conexión del autobús con el centro». Lleva varios años viviendo de alquiler en El Alisal y, de momento, no tiene intención de irse a otro sitio. Como 'pega', apunta que actualmente es «un caos» el tráfico en la zona concreta en la que se desarrollan las obras de urbanización de los edificios de VPO que empezarán a construirse en los próximos meses. Otro 'caos' de tráfico se da en Los Ciruelos, que se convierte muchas veces en una carrera de obstáculos por los coches que aparcan en doble fila y que muchas veces dejan inutilizado uno de los carriles.
El crecimiento del Alisal, que ya está en marcha, sumará más de mil nuevas viviendas al barrio, aunque recibirá otro nombre: Nuevo Alisal. Esta es la denominación coloquial, pues la oficial es 'Ampliación del Cierro del Alisal'. El Ayuntamiento ya está trabajando en las VPO. Más concretamente, en las nuevas calles que surgirán a raíz de su construcción. Las palas ya llevan varios meses trabajando en su urbanización y los cortes de las carreteras más cercanas –las que están frente al Carrefour– son habituales, ya que la maquinaria entra y sale constantemente de los solares en obras. Como recordó esta semana la alcaldesa Gema Igual, «tenemos en marcha las seis nuevas promociones de vivienda protegida en el sector 1, El Alisal, que supondrán 282 nuevas viviendas, de las que 177 serán en venta y 115 en alquiler». De estas últimas, 90 serán con opción a compra y 15 de alquiler asequible.
A fecha de 10 de febrero, ya había 5.830 personas inscritas para optar al sorteo de las viviendas de los dos primeros bloques de pisos, y el plazo estará abierto hasta el 31 de marzo. En 2025 se sortearán dos bloques más y, en 2026, los dos restantes. Además, quienes no resulten adjudicatarios de las viviendas que se sorteen este año, entrarán directamente en el próximo sorteo sin hacer más trámites.
La urbanización del entorno avanza «a buen ritmo» y el objetivo es que esté terminada a finales de julio. Después, la construcción de los seis edificios arrancará, según los planes del Consistorio, en septiembre de este año y terminará a finales de 2026. «Podríamos entregar estas viviendas para primavera de 2027», augura la regidora. Estas viviendas públicas se suman a las de iniciativa privada, ya que en esta zona hay en torno a una veintena de promociones en marcha de este tipo que añadirán cerca de 800 pisos más al parque de viviendas.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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