Antonio López empieza a transformarse

Desde el centro cívico a la Biblioteca Central, las palas, las vallas, el material de obra y los operarios acompañan a quienes transitan el camino. Un paseo que, desde que se derribaron los tinglados, permite disfrutar de las vistas del Puerto, los barcos y el mar. Ya puede apreciarse que la distribución de la calle cambiará a favor de los peatones. Antes de que comenzasen las obras, desde la parte de los edificios hasta el mar había, en primer lugar, una acera estrecha, aparcamientos en batería, una calzada con un único carril, un carril bici, los tinglados y el espacio portuario. Tras las obras, la acera junto a los edificios será mucho más ancha -ganará ocho metros-, contará con bancos y árboles, se mantendrá el carril de circulación y se ampliará el carril bici, que tendrá vistas al mar. Además, toda la calle ganará luz tras haberse eliminado los tinglados. Las obras, que ejecuta SIEC y suponen una inversión municipal de 1,5 millones de euros, darán continuidad al paseo marítimo y conectarán con el Barrio Pesquero sin perder aparcamientos.

Los vecinos, en general, tienen buenas expectativas. «Ya sólo con el derribo de las naves hemos ganado, porque antes la calle era más oscura y húmeda», apunta Santiago. «Si ensanchan las aceras, estupendo, porque es verdad que hasta ahora, cuando te cruzas con alguien, tienes que esquivarlo». Junto a este vecino, su mujer Carmen destaca las desventajas: «A nadie le gusta tener obras al lado de casa porque suelen ser muy ruidosas y me imagino que esté afectando a los negocios. Pero si cuando terminen la calle va a estar más bonita y va a venir más gente, supongo que merecerá la pena». Otra vecina de la zona, Maribel, sólo pide que vuelvan los árboles: «Cada vez hay menos, espero que por lo menos se recuperen los que había hace años porque poco a poco han ido desapareciendo sin que nadie dé explicaciones».

Esta actuación permitirá que Santander gane espacio a costa de terrenos portuarios, ya que todos los metros cuadrados que antes ocupaban los tinglados -los talleres que había en su interior se han trasladado a otra zona del Puerto- se destinarán ahora al disfrute de vecinos y visitantes. En concreto, la ciudad ganará 2.500 metros cuadrados tras finalizar esta actuación.

Una de las actuaciones que más celebran los vecinos es que la calle contará con nuevos árboles. En los últimos años, una queja recurrente era que cada vez había más alcorques vacíos. Como anunció el concejal de Fomento, César Díaz, al iniciar las obras, la nueva configuración de Antonio López contará con 127 árboles nuevos -frente a los 32 existentes en la actualidad-, cuyas especies se están escogiendo ya en coordinación con viveros especializados. Para avanzar en los trabajos no se eliminarán los abedules existentes, sino que se trasplantarán en base a un estudio elaborado desde el Servicio de Parques y Jardines y todos ellos se trasladarán a tres zonas diferentes del barrio El Alisal, entre las calles Los Alcornoques, Los Encinares y Los Plátanos.