Aparece Chica, la gata de la familia francesa que desapareció en julio

«Por fin», dice feliz Soraya Ellouze al otro lado del teléfono. Esa es su primera respuesta tras haber encontrado a Chica, la gata de su hija Theodora de nueve años, que desapareció a mediados de julio cuando dejaron la puerta de uno de los balcones abierta y el animal escapó. Tras varias semanas de búsqueda la gata de la familia de turistas franceses que pasa sus vacaciones en la urbanización santanderina de Feygon apareció durante la madrugada del martes en el mismo aparcamiento del recinto. Un sitio en el que «ya habíamos buscado», explica Soraya. El aviso lo dio la guardia de seguridad que les comentó haber visto a Chica varias noches seguidas y a la misma hora, sobre las 03.00 de la mañana, correr entre los vehículos. «Intentó cogerla, pero se escapó», explica la madre. Así que los parisinos decidieron acercarse a esa misma hora y cargados «con croquetas porque le gustan» para atraer al animal en caso de que, efectivamente, fuera Chica. «Estuvimos llamándola y vimos pasar a un gato», continúa Soraya. En ese momento se dieron cuenta de que, efectivamente, era Chica «pero tenía mucho miedo». Y volvió a salir corriendo. Se metió en otra finca, pero la familia no desistió y la siguió de madrugada. «Le escuchábamos maullar» y con esa pista, finalmente, «la cogimos».

Chica estaba asustada después de haber pasado más de tres semanas fuera de casa. Además físicamente estaba «muy flacucha», dice la madre, pero en general el animal se encontraba «bien» aunque eso lo dirá el veterinario. Sobre todo está «contenta» de regresar con la familia. Nada más entrar en casa «comió como una leona», añade entre risas y se pasó la primera noche despertando a la familia cada media hora. Así que no les dejó dormir porque «quería mimos». La ilusión de su hija Theodora fue tal que a la mañana siguiente se despertó con la idea de que lo había soñado, pero no era así.

Por lo que parece la familia de turistas cree que Chica no debió de irse muy lejos dado que «las almohadillas de las patas no estaban muy gastadas» cuando la encontraron. Opinan que pudo quedarse por la urbanización a pesar de que ese fue el primer lugar en el que la buscaron. Quizá estuvo siempre cerca de casa aunque la búsqueda se trasladó a todo Santander porque «nos llamó mucha gente diciendo que la había visto». En este sentido Soraya aprovecha la ocasión para dar las gracias a las decenas de personas que se preocuparon por su familia y mostraron interés en la noticia: «Nos ha tocado mucho la gente que nos ha mandado mensajes». Se sienten especialmente «abrumados por el interés y el amor por los animales» que han visto en la población cántabra.

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