Más apoyos que críticas para las nuevas restricciones de velocidad en Santander

Las calles con un sólo carril por sentido rebajarán su velocidad a 30 kilómetros por hora y las semipeatonales estarán fijadas en 20. Entre semáforos, pasos de cebra y zonas concurridas, la velocidad media por el centro no suele ser mucho más alta que las que marcarán las restricciones que se establecerán el próximo 11 de mayo. «No vemos inconveniente y entendemos que se aplique en las zonas más céntricas», afirma el presidente de la Federación Cántabra del Taxi, Manu Andoni Ruiz. Donde encuentra más pegas es en el resto de vías, que se limitarán a 40 kilómetros por hora -excepto la S-20, que seguirá a 50-. «Va a afectar al desempeño de nuestra actividad y no creemos que sea necesario en aquellas zonas más alejadas del centro en las que no hay vecinos alrededor que se puedan ver perjudicados».

Desde el sindicato de Asalariados del Transporte (SCAT), su presidente Eduardo Merino valora positivamente la medida. «Es buena para los ciudadanos. Más velocidad se traduce en más consumo y más CO2. Además, la medida no afecta mucho a la velocidad media». También expone que en el caso de los camiones de gran tonelaje que reparten, entre otros, a supermercados, ya tenían marcada la velocidad máxima en 40 kilómetros por hora dentro de las ciudades. «Así que en esos casos, no se va a notar nada».

Desde el sector del VTC, las sensaciones son similares. El presidente de la Asociación para el Desarrollo y Divulgación de las VTC en Cantabria (Adesdican VTC), José Martínez, afirma que «estamos de acuerdo en que se limite en zonas peatonales y entornos de colegios por seguridad y también para generar menos emisiones». Lo que no ven del todo bien es el momento elegido. «Con toda la situación del covid, creemos que este tipo de medidas pueden afectar a la actividad y a las cuentas. La hubiéramos puesto en marcha en otro momento». Esta nueva asociación, surgida para trabajar en común por los derechos de los VTC, también insiste en que se les deje circular por el carril reservado para autobuses y taxis. «Damos servicio de transporte como ellos».

En el TUS prefieren esperar a ver cómo les afecta la puesta en práctica de la ley antes de entrar a valorarla. El presidente del comité de empresa, Vicente Rodríguez, considera que «es posible que haya que cambiar algunas frecuencias porque puede haber líneas donde sí se note más que en otras, pero hasta que no entre en vigor no sabremos exactamente a cuáles afecta y cómo».

Los miembros de Cantabria con Bici no están satisfechos del todo. Su portavoz Rafael Casuso considera «que no hay suficiente concienciación» y que unas señales informativas «no son suficientes para que los conductores bajen la velocidad». Aunque valora positivamente las nuevas limitaciones, cree que «queda mucho por hacer en Santander, se necesita un plan de semáforos serio, más espacio para el peatón, más OLA sólo para residentes... Esto no es suficiente».

Quienes no encuentran pega alguna son los vecinos del centro. El presidente de la asociación de vecinos Pombo-Cañadío-Ensanche, Ricardo Alea, afirma que las limitaciones beneficiarán mucho «porque habrá menos ruido y más seguridad. Los coches pasan a mucha velocidad y son un peligro para los niños que juegan cerca de la carretera y para los peatones que cruzan en pasos de cebra situados al lado de contenedores y que no se ven bien».