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La libertad de un ciudadano acaba donde comienza el derecho del otro. Precisamente, en base a este concepto de derecho, la Asociación de Bares de Cañadío -integrada por cinco establecimientos con terraza en la plaza: Taberna Cachalote, El Ventilador, Bar Canela, Cañalío y Tía María- ... se ha puesto de acuerdo para no atender más a grupos de despedidas de solteros y solteras, que acuden a la plaza «en horario de tarde para celebrar hasta entrada la noche, de una manera ruidosa, con megáfono en mano, y perturban a los clientes habituales».
Así que, desde el pasado fin de semana, los hosteleros han colocado carteles que dejan por escrito y a la vista de todos su decisión: 'No se atenderán despedidas de solter@s' y se acogen con ello a su derecho de admisión. «Es perfectamente legal y constitucional», aseguró el abogado de la Asociación de Hostelería de Cantabria, Jesús Vélez, cuando acudieron a consultar su problema. «Los hosteleros están en su derecho de defender los intereses de sus clientes habituales y es válido ejercer el derecho de admisión cuando entran en sus establecimientos colectivos que no son interesantes para ellos».
«No se trata de generalizar, si el grupo está de despedida y se comporta con normalidad, puede estar. El problema es que van bebiendo y se vienen arriba. Estamos aquí para servir, pero siempre que no se moleste a los demás clientes», explicó Antonio, de El Ventilador.
La gota que colmó el vaso para el dueño del establecimiento Cachalote, Juan Ruiz, fue hace dos sábados cuando no sirvieron ni una sola cena en la terraza: «Nosotros también somos restaurante y a nuestros clientes habituales les encanta cenar en la plaza y tomar una copa de forma tranquila. Estos grupos alteran su tranquilidad, porque al final se juntan cerca de 70 personas entre varias despedidas y espantan a nuestra clientela, que se va a zonas más tranquilas».
Este hostelero pone el acento en que «son gente de otras ciudades que viene un fin de semana y no vuelve, mientras que nuestros clientes, los que estamos perdiendo, son de aquí, repiten con frecuencia y nos debemos a ellos».
Ciudades como Gijón o Logroño se han posicionado como destinos de despedidas y se ha generado mucho negocio en torno al sector. «Santander no ha llegado a este punto, pero es verdad que se ha experimentado un auge de estos grupos desde el final de la pandemia», señaló Ángel Suárez, empresario del ocio nocturno en la región y responsable de esta sección en Hostelería.
«En los locales de 'tardeo' estos grupos llaman más la atención que en las salas de noche y discotecas, donde pasan más desapercibidos, pero, siempre que el comportamiento no sea el adecuado, se les puede prohibir el acceso», añadió como medida para frenar el problema de Cañadío.
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