Asociaciones vecinales proponen crear un frente común contra el MetroTUS

En el encuentro, que duró más de dos horas, la Fecav propuso, de entrada, dar de plazo a la alcaldesa hasta el próximo 3 de marzo para que convocara «a todos y a todos a la vez» a una reunión conjunta (y no por partes). Un plazo que concluiría con una concentración en la Plaza del Ayuntamiento. Pero fue sólo una de las propuestas. Se puso sobre la mesa una invitación desde algunos de los partidos políticos para que los vecinos acudieran «en masa» al próximo Pleno municipal, se insistió en la idea de poner en marcha mediante firmas una iniciativa legislativa ciudadana (para ir al Pleno necesita un 10% del censo, unas 16.000) y todos coincidieron en la necesidad de crear ese frente común con una plataforma.

Saber quién está dispuesto a unirse y tener una única voz. Y en eso quedaron finalmente aprovechando una reunión ya convocada para el jueves (a las 19.00 horas, en el Interfacultativo) por el Consejo de Estudiantes. La Fecav invitará a todas las asociaciones de vecinos de la ciudad y, entre unos y otros, tratarán además de convocar a otros colectivos (taxistas, comerciantes, transportistas...). Ayer, a la llamada de la federación vecinal respondieron representantes de asociaciones -o barrios- como Cazoña, Gutiérrez Solana, María Blanchard, Cisneros, Cueto, Cañadío, San Joaquín, Monte, Peñacastillo o Pronillo. A ellos se sumaron miembros del Consejo de Estudiantes de la Universidad y también del grupo de familiares y residentes de las residencias asistenciales del área de Cueto (ellos ya han recogido por su cuenta 1.282 firmas).

Y partidos. Los concejales que se sentaron a la mesa y otros políticos entre los asistentes (la secretaria general de Podemos Santander, Lidya Alegría, o el diputado socialista Víctor Casal). Desde la Fecav justificaron su presencia «para que tomen nota y pidan en el Pleno que vuelvan las líneas anteriores de autobuses», algo que se materializará con las tres mociones que ya se han anunciado desde la oposición. Desde las asociaciones mostraron su temor «a que cada uno al final haga la guerra por su cuenta».