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La afirmación de que «los libros más valiosos de la biblioteca se mojaron como consecuencia de la actuación de los Bomberos Municipales», al empaparse las fachadas del edificio de la Biblioteca Menéndez Pelayo, como consecuencia del incendio del Museo de Bellas Artes, «es incierta, ... no se argumenta con un mínimo de seriedad y resulta de una frivolidad y falta de rigor absoluta; que persigue, únicamente, culpar del mal estado de los libros a este Servicio Municipal». Esta es una de las rotundas conclusiones contenidas en el informe solicitado por la concejala Miriam Díaz, responsable de Cultura en el momento del siniestro. El documento buscaba aclarar «si, durante la extinción del incendio del MAS, fue necesario verter tal cantidad de agua como para que entrase en la Biblioteca de Menéndez Pelayo».
Esta semana se supo que el Ayuntamiento de Santander pedirá a la empresa de patrimonio TSA, responsable de la custodia de los fondos de la Biblioteca del polígrafo, que «rectifique su informe sobre el estado de conservación de los mismos, especialmente en lo referente a los daños derivados de las labores para la extinción del incendio del Museo de Santander». La Comisión de Cultura abordará mañana lunes los informes elaborados por los bomberos de Santander que fueron solicitados por la concejala Miriam Díaz, tras conocer el estudio elaborado por la empresa TSA. En este sentido, el Consistorio, como ya se avanzó, solicitará la modificación de las conclusiones de esa empresa a la vista del informe solicitado al servicio municipal de Extinción de Incendios. Los Bomberos son tajantes «al asegurar que no se actuó en ningún momento sobre el edificio de la Menéndez Pelayo». Igualmente, se solicitará a TSA que aclare qué pruebas tiene para realizar las afirmaciones que refleja en su informe o qué fuentes ha utilizado.
El incendio del antiguo Museo de Bellas Artes, del que está cerca de cumplirse cinco años, se produjo durante la madrugada del día 20 de noviembre de 2017, recibiéndose el aviso en la central de bomberos a las 5.34 horas. La descripción del siniestro, según el mando interviniente, refiere lo siguiente: «Aviso de fuego en la calle del Rubio 6. A la llegada se observa una edificación en obras con fuego roto por fachada, en dos ventanales de la parte más alejada de la entrada y junto a la Biblioteca de Menéndez Pelayo». El informe, al que ha tenido acceso El Diario, explica el proceso técnico y la operación del tendido, en alta presión, para controlar que no afecte a la biblioteca y su expansión vertical.
De acuerdo con el relato, «en ningún momento, durante la intervención, fue necesario proceder a refrescar la fachada de la Biblioteca o del Museo vertiendo agua». El informe se acompaña de tres fotografías del día del incendio (adjuntas arriba), «en las que puede observarse que las fachadas de la Biblioteca y del Museo se encontraban secas antes de dar por finalizada la intervención de los bomberos; por lo que se reitera que la teoría que vincula los daños por humedad de los volúmenes ubicados en el despacho del director, a los trabajos de extinción del Museo de Bellas Artes, «es falsa, fruto de la imaginación de los técnicos y no se corresponde con la realidad de los hechos; no pudiendo permitirse que indirectamente se esté cuestionando la profesionalidad de este servicio».
En otro de los apartados del informe del servicio municipal sobre «la afección» del edificio bibliotecario puede leerse: «Los redactores de los informes, además de no haber estado en el lugar de los hechos, hasta transcurrido casi un año desde el incendio, desconocen que se controla el foco principal del incendio al cabo de pocos minutos».
En el informe facilitado 'Sobre el estado de las colecciones de la Biblioteca, los trabajos de restauración y conservación preventiva', redactado por la técnico de la Biblioteca, con fecha del pasado 26 de agosto, se afirma: «A pesar de que todos los fondos de la BMP tienen en mayor o menor medida daños por exceso de humedad, los ejemplares localizados en ese despacho pudieron sufrir efectos colaterales de la sofocación del incendio». También, en el informe de la misma empresa referente al 'Traslado de fondos de la BMP', fechado el pasado mes de marzo, se afirma en el apartado 'Libros húmedos': «Desafortunadamente, a consecuencia de las labores de extinción del incendio del museo, los paramentos fueron empapados con grandes cantidades de agua que se filtraron por las grietas, fisuras y poros hasta llegar a afectar gravemente a gran parte de estos ejemplares» (ubicados en el despacho del director). Sin embargo, según los bomberos, los técnicos redactores de los informes (de la empresa TSA), «antes de hacer las afirmaciones anteriores, deberían saber que verter agua sobre la fachada de los edificios no tiene ninguna acción sobre el foco del incendio».
Visita técnica en 2019
Durante las fechas en las que se inicia realmente el proceso de rehabilitación y mejora de la Biblioteca (verano de 2019), José I. Trojaola Gutiérrez, jefe del Servicio Extinción de Incendios, realizó una visita a la biblioteca, a petición del equipo técnico encargado de los trabajos. «Pude comprobar -relata- que en el interior de la fachada este «se observaban humedades derivadas de las patologías constructivas comunes a este tipo de edificaciones». «Me ofrecí a realizar el correspondiente informe, no obstante, me indicaron que no resultaba necesario, en cuanto que lo que se pretendía era vincular los trabajos de restauración de estos volúmenes a los daños causados por el incendio del Museo de Bellas Artes».
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