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Mariña Álvarez
Santander
Miércoles, 23 de febrero 2022, 15:42
El grave incidente ocurrido en la noche del martes en el supermercado Lupa de la calle Vargas, cuando tres hombres atacaron con machetes a otro que acababa de entrar en la tienda, tiene un trasfondo de celos. Y no es la primera vez que los ... mismos protagonistas se enzarzan en una reyerta parecida por cuestiones de amoríos. De hecho, hace justo siete años se vieron envueltos en otra pelea con armas blancas, que se saldó con tres heridos y un detenido. Aquella fue en una discoteca del barrio La Inmobiliaria de Torrelavega, casualmente en los mismos días de febrero, y, en medio de la contienda, había una joven menor de edad.
En el suceso ocurrido este martes en Santander, el foco está en el pub Platinum, situado en la calle Arco Iris, un local donde todos ellos –víctima y agresores– son asiduos. Al parecer, uno pudo haber hecho algo con una mujer que molestó a otros. La víctima se fue al Lupa acompañado por una chica con intención de hacer la compra, pero le siguieron los otros tres y el asunto se resolvió a machetazos por parte de los atacantes, que también lanzaron productos. Todo ello mientras la víctima trataba de defenderse lanzando sartenes y tirando un expositor.
Tras el ataque de la calle Vargas, los agresores acudieron a refugiarse otra vez al Platinum dejando al oponente muy malherido. Enfilaron Vargas a todo correr calle abajo, subieron por las rampas de Eulalio Ferrer, pasaron por Tres de Noviembre y se metieron en el pub de la calle Arco Iris. El herido, ensangrentado, fue atendido por la chica y otros clientes que trataron de socorrerlo hasta que recibió una primera atención sanitaria dentro del supermercado, donde le hicieron curas y le practicaron torniquetes por las puñaladas que presentaba en los brazos y en el costado.
A la vez, los sanitarios prepararon su traslado al hospital, un momento que hizo que el vecindario se percatara de que algo grave había ocurrido, por los gritos de dolor que profería el hombre cuando ya estaba en la camilla. «Oí gritos terribles, me asomé a la ventana y vi al chico en la camilla, y también escuché gritar a gente que corría. Y luego llegó la Policía, muchas patrullas», cuenta una vecina que vive en un edificio cercano. Otras dotaciones policiales se fueron en busca de los agresores, protagonizando un llamativo dispositivo que cubrió toda la manzana. Los agentes mostraron fotos de sospechosos a los testigos y se dirigieron directamente al Platinum a ver si estaban allí los señalados. «Dos agentes bajaron por la calle Alta, otros dos subieron desde Vargas y pusieron patrullas y furgones a derecha e izquierda, cortando el tráfico», cuenta un comerciante de la calle Arco Iris.
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Los policías entraron en el bar y localizaron a dos de los perseguidos, a los que se llevaron detenidos. Mientras tanto, otros agentes buscaban las armas blancas. Un hostelero de la zona cuenta que se metieron en su terraza a mirar tras los barriles y que vio cómo otro policía encontraba un machete dentro de un contenedor de basura justo enfrente, en la misma calle Tres de Noviembre, que pudieron tirar los agresores en su huida. Luego encontraron una navaja debajo de un coche.
Todo este trabajo de rastreo, que se extendió por las calles adyacentes y todos los callejones, se llevó a cabo con la calle cortada para facilitar la labor, después, de la Policía Científica en la búsqueda de pruebas.
Mientras esto ocurría, fue identificado el tercero de los presuntos agresores. Al parecer, pudo ser también tras mostrar una fotografía a los testigos. Cuando la Policía entró la primera vez al Platinum ese individuo no estaba, o al menos no lo identificaron entre el grupo de clientes que había dentro (varios hombres y algunas mujeres). Pero más tarde, otra unidad policial regresó al local y, esa vez sí, ese hombre fue identificado y acabó arrestado. Los detenidos tienen edades comprendidas entre los 37 y los 42 años y la víctima tiene 37 años. Este miércoles, los presuntos agresores seguían en dependencias policiales a la espera de pasar a disposición judicial. El herido continúa ingresado y, en un principio, su vida no corre peligro. Es la primera vez que un suceso de este calibre tiene lugar en este supermercado de la calle Vargas, donde hoy volvió a reinar la normalidad.
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