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Las obras del Proyecto Pereda siguen alterando el entorno que las rodea. Si con el arranque de las intervenciones en los dos edificios propiedad del ... Banco Santander hubo que reubicar negocios, trasplantar árboles y colocar casetas de obra en zonas verdes, ahora llega el turno del tráfico. Desde ayer, la calle Ataúlfo Argenta está cerrada a los vehículos y Hernán Cortés ha cambiado su sentido, lo que acarreó durante las primeras horas de la mañana dudas entre los conductores que trataron de realizar sus recorridos habituales.
Pero por si fuera poco, se avecinan aún más cambios. En las próximas semanas, se cerrará el acceso a la calle Marcelino Sanz de Sautuola desde el Paseo Pereda -bajo el emblemático arco del banco- a causa de las intervenciones, lo que conllevará también que se cambie el sentido en los accesos al aparcamiento subterráneo de la plaza de Pombo ya que, con la nueva configuración, no será posible acceder por la entrada habitual.
En torno a las once de la mañana de ayer, la Policía Local de Santander comenzó a colocar conos y vallas para cerrar Ataúlfo Argenta y cambiar el sentido de Hernán Cortés. Además, las flechas blancas que habitualmente marcan el sentido de las calles habían amanecido cubiertas con pintura negra, lo que hacía presagiar que algo ocurría. Como las modificaciones del tráfico podían acarrear dudas entre los conductores, varios agentes se encargaron de guiar a los vehículos y responder preguntas en la zona. Y no fueron pocas. Más de uno hizo aspavientos al descubrir que no podía continuar con su ruta habitual y muchos tenían claro cuál era su mayor preocupación: «¿Va a durar mucho este cambio?». A lo que los agentes, para disgusto de los conductores, respondían que las obras, por lo menos, se alargarían durante dos años.
A los habituales de la zona les costará hacerse a la idea. «Voy siempre en moto y el aparcamiento está justo en el tramo que ha cambiado de sentido, ahora tengo que ir a dar la vuelta no sé cuántas calles más arriba», lamentó Ángel San José, que intentó acceder a Hernán Cortés por el sentido habitual y no tenía muy claro qué recorrido tenía que realizar para entrar por el lado de la plaza Porticada. A Rafael Martínez, conductor de furgoneta, el cambio le pilló tan desprevenido que no se fijó en los agentes y se metió en lo que ahora es dirección contraria. «Conduzco tanto por aquí que voy con el piloto automático puesto, menos mal que no venía nadie de frente». El susto duró poco porque enseguida se dio cuenta y pudo remediar la situación dando marcha atrás.
También hubo dudas entre los peatones. Al ver las vallas, más de uno pensó que Hernán Cortés estaba cerrada al tráfico y se puso a caminar por el centro de la vía hasta que algún coche llegaba y se ponía a pitar. En Ataúlfo Argenta, tras quedar cerrada a los vehículos, los paseantes también se tomaron la libertad de caminar por todo el espacio. «Lo siento por el que tenga coche y no pueda pasar, pero a mí me viene bien para andar a mis anchas. Con tanto espacio, podemos mantener la distancia sin ir apelotonados», expuso un vecino. Sin embargo, está previsto que se cierre toda la vía excepto una acera en los próximos días.
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