El atropello mortal de la ambulancia en Santander se juzgará como delito leve

Ya en agosto, ocho meses después de los hechos, se conoció el atestado elaborado tras el atropello mortal que concluyó que no hubo problema de frenos en el vehículo. Hasta ese momento sobre la mesa estaba la versión del conductor que señaló a la Policía Local en el mismo lugar de los hechos que hizo todos los esfuerzos por pisar el freno, pero que este no respondió. Días después, Ambuibérica -la empresa concesionaria del servicio sanitario- respondió que todo ese sistema mecánico había sido cambiado recientemente. No ponían en duda las palabras del trabajador, pero sí aseguraba que la ambulancia tenía todos los papeles en regla.

La concesionaria indicó además que el conductor llevaba "bastante tiempo" trabajando en la empresa y destacó que tenía larga experiencia en su profesión. Añadía al respecto que el hombre estaba en estado de "shock" y "disgustado y contrariado" porque no sabía "lo que ha podido suceder" para que la ambulancia no efectuara correctamente la curva. El correspondiente informe que descarta que fallaran los frenos lo realizó la Policía Local tras el siniestro y en verano se remitió al juzgado de instrucción.

En el momento del accidente el vehículo realizaba un traslado programado, se salió de la calzada e invadió la acera, arrollando a la fallecida y a su marido, de 78 años, que resultó herido y fue trasladado al Hospital Valdecilla, junto a dos pacientes que iban en la ambulancia.

Los Bomberos municipales atendieron junto a los efectivos sanitarios a las personas atropelladas, algunas de las cuales quedaron atrapadas bajo el vehículo. En total, tres fueron evacuadas al centro hospitalario de la capital cántabra con heridas de diversa consideración. Tras terminar el rescate, los bomberos, con ayuda de un camión grúa, pudieron devolver a la calzada la ambulancia accidentada. En el lugar se personó la alcaldesa, Gema Igual, para interesarse por el estado de las víctimas.