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En abril de 2016, apenas once meses después de las elecciones municipales, Ganemos expulsó a Antonio Mantecón del partido, una formación a la que nunca perteneció, pero con la que concurrió como Ganemos Santander Sí Puede a los comicios de mayo de 2015. ... El acuerdo de expulsión conllevaba también la salida de Mantecón del grupo municipal que se había constituído, apenas unos días antes, junto a Tatiana Yáñez-Barnuevo, lo que le dejó como concejal no adscrito en el Ayuntamiento de la capital, sin despacho ni asignación. Su excompañera se quedó el grupo, el despacho y las asignaciones.
Ahora, la Audiencia Provincial da la razón a Mantecón, pese a una sentencia anterior del Juzgado de Instrucción Número 6 que había desestimado su demanda. El tribunal declara nulo el acuerdo de la Coordinadora General de Ganemos del 28 de marzo de 2016 que le expulsaba del partido y del grupo municipal. La sentencia señala que Mantecón nunca fue miembro de Ganemos y este partido «solo puede poner sanciones disciplinarias a quien está afiliado, careciendo de cualquier eficacia las que pueda acordar imponer a personas extrañas a esa organización». En cuanto a la salida del grupo municipal, el fallo insiste en que solo al grupo municipal le compete la expulsión de uno de sus miembros y por tanto «la Coordinadora general de Ganemos carecía de facultades para expulsar del grupo municipal a Antonio Mantecón pues, por un lado grupo municipal y partido son entidades diferentes, máxime en este caso en el que la formación política que presentó la correspondiente candidatura fue Ganemos Santander Sí Puede (...), y por el otro, el propio grupo municipal se había dotado a sí mismo de unas normas de funcionamiento en especial de un régimen disciplinario del propio partido Ganemos».
La Audiencia, contra cuya sentencia aún cabe recurso ante el Supremo, desestima otras partes de la demanda de Mantecón y no aprecia vulneración de sus derechos de participación en asuntos públicos y acceso en condiciones de igualdad a las funciones y cargos, porque tras su condición de concejal no adscrito, la decisión de Ganemos «no impidió en todo o en parte» su participación en el control de gobierno municipal. Además, la Audiencia remite a la jurisdicción contencioso administrativa su paso a la condición de concejal no adscrito y las consecuencias que ello tuvo.
La expulsión de Mantecón de Ganemos empezó a fraguarse poco después de las elecciones, justo desde el momento en que miembros de esta formación constataron que no tenía ninguna intención de trabajar codo a codo con Yáñez-Barnuevo, número dos de su candidatura y sí, por el contrario, de apoyarse en dos auxiliares contratados de su total confianza, Roberto Mazorra y Susana Ruiz, que fueron despedidos tras la expulsión.
En medio de esta tormenta interna, además, el Ayuntamiento de Santander varió el reglamento que obligaba a un mínimo de tres concejales para la formación de un grupo municipal. Así que el Grupo Mixto, que tras las elecciones había quedado compuesto por los dos ediles de Ciudadanos, los dos de Ganemos Santander Sí Puede y uno de Izquierda Unida, se dividió y únicamente el portavoz de IU, Miguel Saro, se quedó en el mixto. Ciudadanos y Ganemos constituyeron grupo propio, y a pesar de la expulsión de Mantecón, Yañez Barnuevo y Ganemos Santander Si Puede mantuvieron el grupo y los privilegios que conlleva, de asignaciones y participación en comisiones.
Antonio Mantecón ha dicho estar profundamente satisfecho con la sentencia: «Ha obrado el sentido común. No se puede expulsar a nadie de un partido al que no está afiliado. Lo hemos repetido hasta la saciedad desde el momento en que se produce este despropósito. Y el primero que hizo oídos sordos fue el Ayuntamiento de Santander».
El concejal destaca las consecuencias de aquella expulsión: La portavocía del grupo municipal; el despido de los dos trabajadores del grupo –Susana Ruiz y Roberto Mazorra, para ser sustituidos por un empleado que nunca apareció por al Ayuntamiento-; pérdida de la representación en la junta de portavoces; no tener ninguna dependencia municipal asignada para desempeñar su trabajo; además del menoscabo a la integridad moral del concejal, que llegó a presentar una demanda a consecuencia de diversas declaraciones vertidas en los medios y en el mismo pleno del Ayuntamiento en las que se le acusaba de tránsfuga o de querer llevarse dinero del grupo municipal para su beneficio. «Si de algo sirve esta sentencia es para resarcir en cierta forma toda el daño que se me ha hecho como persona y a mi partido como formación política», agrega Mantecón, quien pide al Ayuntamiento que «deje de enrocarse en el esperpento y proceda a dar cumplimiento a la sentencia».
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