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Es difícil llevar la cuenta de las veces que el monumento al científico Augusto G. Linares ha perdido extremidades. Más concretamente, la figura femenina que adorna el pedestal de la obra. En la mayoría de ocasiones ha sido víctima del vandalismo, aunque alguna vez también se han retirado partes de la escultura por el desgaste propio de las inclemencias del tiempo a las que está expuesta. Este pasado fin de semana, Fama, como se llama la mujer que adorna el pedestal, ha vuelto a perder el brazo. Es la tercera vez. En 2018, se desmontó para rehabilitarlo, pero un año antes se lo arrancaron y apareció tirado en el parterre del monumento. También en 2017, los vándalos se dedicaron a destrozar a golpes parte de su nariz, un dedo de la mano derecha y dañaron otros dos.
Da igual en qué ubicación esté la escultura, que ha recorrido varias localizaciones de la ciudad. El último ataque se ha producido en la explanada de Gamazo, donde 'reside' desde 2022, pero también ha estado en El Sardinero, donde ocupó cuatro ubicaciones distintas, y en la Alameda de Oviedo. Y en ninguna zona se ha librado de los ataques.
El busto de Augusto G. Linares está desde 2022 en la explanada de Gamazo, donde ha recibido el ataque más reciente. Fotografías: Roberto ruiz
Antes de ir a Gamazo, la estatua estuvo en los Jardines de San Roque, en El Sardinero
La figura también perdió el brazo cuando estaba en El Sardinero.
La estatua con el brazo restaurado cuando fue trasladada a Gamazo
La estatua a González Linares este lunes dia 12 de agosto en Gamazo, sin el brazo
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Este grupo escultórico está formado por el busto de bronce de Augusto G. Linares y en el pedestal está la figura femenina labrada en piedra que representa la fama en actitud de ofrenda, con una rama de laurel que entrega al científico. Detrás de la figura del geólogo y zoólogo aparece el escudo de la ciudad. Su nombre está grabado en la piedra, aunque actualmente sólo se perciben las cabezas de los patronos San Emeterio y San Celedonio. La obra, de 2,5 metros de altura y que combina piedra caliza, mármol y bronce, es la segunda de mayor antigüedad de Santander tras la estatua de Velarde, ubicada en la plaza Porticada. El motivo de su diseño fue la declaración del investigador como Hijo Ilustre de la ciudad de Santander el mismo día de su fallecimiento, en 1904.
Desde el Ayuntamiento explican que incorporarán la reparación de esta obra al plan de restauración de monumentos y esculturas de la ciudad. Para llevar a cabo la restauración, evaluarán en primer lugar cuál es la forma más idónea de repararlo. El Consistorio asegura que tiene «un compromiso firme» con la protección del patrimonio y la conservación de los monumentos y explica que, por eso, van realizando restauraciones para garantizar la conservación de los bienes inventariados. «Pero también en circunstancias imprevistas como actos vandálicos o en aquellos que requieran actuaciones de carácter urgente por riesgos para las personas o para la integridad del propio monumento», añaden. Este plan complementa los trabajos de eliminación de grafitis.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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