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Después de que el proyecto Centinelas, financiado por el CIMA, confirmase la pasada semana la existencia de vertidos fecales en tres puntos de la costa cántabra: Ajo, Somo y Mogro, la sensibilidad ciudadana en torno a la salubridad de las aguas en los arenales ... parece haberse multiplicado. Hasta el punto de que las redes sociales se han convertido en un hervidero de protestas por un vertido identificado el pasado viernes en la playa de La Concha (El Sardinero). Un grueso canal de agua que emanaba de la pequeña escollera que divide los arenales de El Camello y La Concha, y que fue descubierto por una integrante de la red Centinelas, el grupo de voluntarios promovido por el Gobierno de Cantabria para la vigilancia de la calidad ecológica del litoral.
«Al parecer es dificil de ver porque hace falta que la marea esté muy baja», confirma Adriana Sanjurjo, una de las portavoces de Centinelas. «Está localizado en el pequeño emisario que está entre las dos playas, justo donde termina el aparcamiento de El Camello. Una de las compañeras, que es la que vigila esta zona de la costa, lo vio el viernes y trató de ponerse en contacto con el Seprona (Guardia Civil); pero no hubo manera».
Ha sido el Ayuntamiento de Santander, a través de su concejal de Medio Ambiente, José Ignacio Quirós, quien ha frenado la alarma al confirmar que es un problema en el que Aqualia estaba trabajando desde el sábado y para el que ya se ha encontrado solución. «Se trata de un aliviadero de un tanque de tormentas que estaba atascado, y como la red de saneamiento de la ciudad es unitaria, como en todas las ciudades, pues ha arrastrado de todo: escorrentía y fecales», asegura Quirós.
Según los testigos, el olor era muy fuerte y la suciedad podía verse con claridad disuelta en el agua de mar. «Era un vertido de aguas fecales sin lugar a dudas», afirma Sanjurjo.
La denuncia llegó ayer, sábado, cuando la Policía Local tomó las fotografías y formalizó el parte de lo sucedido. Un escrito que en todo caso no tiene solidez suficiente, dado que lo único que puede probar de manera fehaciente lo sucedido es el análisis de la muestra de agua del vertido. «Es el Seprona quien debe tomar esa muestra y hay que esperar a que baje la marea para que lo que se coja no esté mezclado con agua de mar», precisa la responsable de Centinelas.
«A la altura del restaurante Maremondo existe un gran tanque de tormentas. Una estructura que sirve para canalizar las aguas cuando el caudal es muy fuerte», aclara José Ignacio Quirós. Con las fuertes lluvias del pasado mayo parece ser que se llenó de rocas, barro y restos de vegetación. Hasta un punto que atascó el tanque. Y cuando está lleno, existe un aliviadero que es el que está canalizado a través de una tubería hacia el emisario por donde se ha identificado el vertido. «Aqualia ha realizado una limpieza parcial del tanque. Lo suficiente como para que no rebose y se frene el vertido. Y a partir de este lunes completará la limpieza», confirmó el edil, que confía en que la medida sirva para dar carpetazo al problema.
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