El Ayuntamiento recibe una solicitud para instalar otra gasolinera en Peñacastillo

Y los datos corroboraron sus declaraciones. Según publicó El Diario Montañés a finales de agosto de 2022, solo en el término municipal había una treintena de estaciones de servicio, una por cada 6.000 habitantes. Una situación de la que también se dio cuenta el equipo de gobierno (PP-Cs). Tanto es así que decidió poner límite a este incremento de estaciones de servicio, aunque lo hizo exclusivamente en zonas residenciales. El pleno municipal aprobó también en esa misma época la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) con la que se pretendía regular los usos, necesidades y condicionantes a la hora de instalar nuevas gasolineras.

Esta normativa limita su instalación en suelo residencial «hasta el límite que marca la ley nacional de hidrocarburos» y que solo permite su construcción como uso accesorio de un uso comercial, si lo hubiera, y siempre que cumpla las siguientes condiciones: que esté en una parcela que albergue edificios de uso exclusivo comercial con una superficie mayor a 250 metros cuadrados, que la gasolinera no utilice más del 40% de la superficie de la parcela, que las bocas de carga guarden una separación mínima de 50 metros a cualquier suelo calificado con uso residencial y un mínimo de 100 metros a equipamientos educativos, sanitarios, asistenciales y a zonas de juego infantil y que su implantación no altere la urbanización de la calle. Además, no podrá ponerse en funcionamiento antes de que el edificio comercial anexo no esté terminado y en uso.

No corren la misma suerte las zonas productivas, destinadas a industria, que no están incluidas en esta modificación del PGOU y por lo tanto tendrán que esperar a una legislación concreta. Un ejemplo claro es el del IES Cantabria, un centro educativo ubicado en La Albericia –levantado en suelo productivo– cuya comunidad educativa se movilizó para intentar paralizar la construcción de una nueva gasolinera en el solar anexo al instituto. El centro ya tenía otras tres estaciones de servicio muy próximas a sus instalaciones. Aunque sus esfuerzos se vieron frustrados.

Así, la estación de servicio abrió en julio del 2022, aunque solo durante un par de días, ya que carecía de las licencias para ello. Más de un año después, en septiembre del año pasado, la polémica gasolinera arrancó de nuevo su actividad ya con los permisos preceptivos para ello. Igual que el Instituto Alisal, en la Avenida Vicente Trueba, que se encuentra encajado entre dos gasolineras: Nueva Alisal y la Estación de Servicio Farolas. De la última solo está separado por 100 metros en línea recta.

Aunque el caso de estos institutos no está incluido en la limitación municipal, sí que preocupan las zonas productivas que colindan con otras residenciales. De hecho, este fue uno de los puntos más polémicos durante el Pleno en el que se aprobó la modificación ya que el PSOE criticó que el cambio era «insuficiente porque permitirá la instalación de gasolineras a la puerta de colegios y viviendas».