El bajo del palacete Villa Aragón de Reina Victoria se vende por 4 millones

Como recoge la página web de Engel&Völkers, la inmobiliaria que lo tiene en venta, se trata de un apartamento dentro de una casona montañesa que tiene siete plazas de aparcamiento. El piso tiene un vestíbulo que da a una cocina completamente equipada, salón comedor con un aseo de cortesía y tres dormitorios con baños completos cada uno de ellos. De estos tres, uno es el dormitorio principal y dispone de vestidor. El edificio tiene además aerotermia, que suministra agua caliente y calefacción mediante suelo radiante. El acceso peatonal y rodado a este inmueble se realiza desde la avenida de Reina Victoria, que conduce al inmueble y al cuerpo de garajes, a los que también se puede acceder por la calle Pérez Galdós.

Además de reformar esta casona montañesa, la promotora construyó justo detrás, en la misma finca, orientado hacia Pérez Galdós, otro edificio que también tiene tres plantas y que ya está vendido a un único propietario.

La venta del inmueble pone el broche a un largo periplo que arrancó a principios de los 2000, cuando el entonces propietario, relacionado con el grupo Sadisa, adquirió Quinta Maza, el palacete ubicado justo al lado –a la izquierda, según se mira de frente– cuando los descendientes de Francisco Maza, hombre de negocios cántabro con residencia en México que veraneaba en Santander, liquidaron la herencia. La empresa mantuvo los dos palacetes hasta 2013, cuando vendió la finca de Quinta Maza a la familia Botín por 6,8 millones.

Villa Aragón estuvo hasta 2010 al borde de la ruina y sumergido en la maleza. Esto le trajo problemas judiciales, ya que el Ayuntamiento de Santander denunció su mal estado en varias ocasiones. Ordenó en 2006 a los propietarios que reparasen lo necesario para el mantenimiento del edificio –fachada, tejado, elementos comunes...– y, al no atender los requerimientos, se impuso a los propietarios una primera multa de 3.000 euros, que recurrieron. Perdieron el recurso, pero no pagaron. En agosto de 2008 se les impuso una segunda multa de otros 3.000 euros, recurrida, perdida y tampoco pagada. En aquel momento era copropietario del edificio el expresidente de Cantabria y exalcalde de la ciudad Juan Hormaechea.

Sobre Villa Aragón se colocó en 2010 una gran lona que reflejaba el resultado que tendría el inmueble tras la rehabilitación. Esta imagen, sobre los andamios que rodeaban el edificio, estuvo ahí hasta 2014. A partir de ese momento, la propiedad quitó la lona pero los andamios continuaron hasta 2022, cuando la casona estuvo totalmente reformada por fuera –respetando su imagen original, como obliga el Plan Especial de Protección de El Sardinero–, aunque los interiores han seguido ultimándose hasta la venta de cada piso. Ahora solo queda encontrar dueño a la planta baja, que cuenta con el 'plus' del jardín en una de las zonas más exclusivas de Santander.

Villa Aragón fue construida alrededor de 1925 y ha sufrido dos reformas previas, una en 1927 y otra en 1951. Su estilo es regionalista-racionalista y fue uno de los hoteles de familia que poblaron esta avenida, construida para facilitar el acceso hasta El Sardinero y el Palacio Real de La Magdalena.