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Son muchos los santanderinos que la han echado en falta. Y numerosos los que preguntan a la alcaldesa Gema Igual que cuándo vuelve a su sitio. Pero el Ayuntamiento no ha sabido hasta ayer cuándo planeaba la empresa a la que se ha encomendado el ... mantenimiento de la base volver a instalar la bandera en la rotonda de Puertochico. Y la respuesta es «la semana que viene», aunque todavía está en el aire el día concreto. Es la primera ocasión en la que la enseña se retira para intervenir en el punto en el que el mástil se sujeta al suelo, aunque se han realizado otras labores de mantenimiento en los últimos tiempos.
Un mes entero, pues, estará Santander sin uno de sus más famosos estandartes, convertido ya en parte del paisaje de esa zona de la ciudad, sobre todo por su dimensión: mide setenta metros cuadrados, aunque parezca más pequeña porque se encuentra situada a 25 metros de altura, los que se alarga el mástil. De forma que, cuando falta, deja un hueco considerable. Hasta alguna que otra protesta ha provocado su ausencia en las redes sociales.
El mástil, que es lo único que sigue en su sitio, está formado por tres piezas, lo que en su día facilitó el transporte, el almacenaje y la instalación.Casi una década lleva plantada la bandera en el lugar y sólo se ha arriado cuando la previsión meteorológica anunciaba temporal aderezado con fuertes vientos o las veces en que se ha tenido que cambiar el trapo por encontrarse deteriorado, ya que está muy expuesto al sol y la lluvia.
El estandarte se izó el Día de la Constitución de 2008 y fue una típica jornada del Cantábrico con diluvio incluido. El promotor de la iniciativa fue el entonces alcalde Íñigo de la Serna, que la definió como un emblema «que no sabe de ideologías». De la Serna quería una bandera ondeando al viento en pleno centro de la capital como «la mejor manera de mostrar públicamente nuestra adhesión a todo lo que ésta representa: soberanía, independencia, unidad, integridad y los valores de respeto e igualdad que promueve la Constitución española».
La idea de colocar una gran bandera en Santander se gestó tras haberse instalado una de enormes dimensiones en la plaza madrileña de Colón en 2001. Esto incitó a varias ciudades españolas a copiar el gesto y a encargar sus propias enseñas en los años sucesivos. Una de ellas fue Santander, aunque las dimensiones de su bandera se quedaron lejos de la madrileño: en la capital de España la elegida mide 294 metros cuadrados -21 x 14- y pesa 35 kilos.
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