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En una semana, el viejo paisaje del Barrio Pesquero perderá una de sus líneas más conocidas. Ese es el plazo que calcula el Ayuntamiento de Santander que tardarán en derribar el edificio del antiguo restaurante El Vivero. Y será el primer paso para la ampliación del paseo y el parque cuyas obras, eso sí, no empezarán hasta septiembre porque se sigue trabajando en el diseño. La demolición se ha adelantado, a petición de los vecinos, por salubridad y seguridad y el solar quedará acotado hasta después del verano, cuando empiecen los nuevos trabajos, ha explicado la alcaldesa, Gema Igual, que ha asistido al inicio de los trabajos junto al presidente de la Autoridad Portuaria, Jaime González.
El derribo del antiguo restaurante y de la casa tapón es fruto del acuerdo que alcanzaron las dos instituciones en octubre para ampliar las zonas de esparcimiento del Barrio Pesquero, que sumará un parque con zonas verdes y juegos infantiles de 2.685 metros cuadrados.
En una semana ya no estará este histórico restaurante, que se mudó a otro local en la misma calle Marqués de la Ensenada. La Autoridad Portuaria ha cedido estos espacios a la ciudad para seguir avanzando en la transformación del frente marítimo porque había caducado la cesión al restaurante. Una vez que finalicen las obras, el Barrio Pesquero estará unido a la Estación Marítima y al Centro Botín a través de un gran paseo, de entre 35 y 40 metros de anchura.
Igual y González han explicado hoy que ese gran paseo irá más allá cuando sean demolidos los tinglados de Antonio López, de forma que se podrá ir andando desde el Barrio Pesquero hasta el Museo Marítimo , más allá del dique de Gamazo.
Con el derribo del antiguo Vivero el parque pasará de 1.800 a más de 2.700 metros de superficie. Contará con 1.462 metros cuadrados de áreas verdes, 197 de juegos, 975 de césped, 486 de plantación de especies arbustivas, y 726 metros de caminos y áreas estanciales. Se plantarán 63 árboles nuevos y se instalarán 7 papeleras, 13 bancos y 5 juegos infantiles.
El proyecto incluye el derribo de la casa-tapón situada en el número 1 del paseo Alberto Pico, que tendrá así una anchura uniforme y suficiente para permitir el paso de vehículos, incluidos los autobuses municipales que circulan por ese tramo, ha explicado el Ayuntamiento.
El presidente de la Autoridad Portuaria ha admitido que el antiguo Vivero está ligado a los recuerdos de muchos santanderinos y ahora desaparece, pero lo hace dentro de una actuación planificada para mejorar el barrio de la ciudad.
A preguntas de los periodistas sobre el futuro del tramo del muelle de Maura ahora cerrado al paso, ha rechazado que exista «ni mucho menos» enfrentamiento alguno entre el puerto y el Ayuntamiento, que van a financiar al cincuenta por ciento su reforma. Lo que había, ha explicado, eran dos opciones sobre la mesa y el Puerto está estudiando la referente a la rehabilitación propuesta por el Ayuntamiento, una solución más económica y con un tiempo de actuación «muy inferior».
Los técnicos de la Autoridad Portuaria la están estudiando con el objetivo de presentar esa solución al Ayuntamiento este misma semana.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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