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Seguro que se lo sabe. 'A Belén pastores, a Belén chiquillos, que ha nacido el rey de los angelitos'. Un villancico clásico. Hay otro que dice: 'A Belén, pastores, debemos marchar que el rey de los reyes ha nacido ya'. Elijan ustedes el que más ... les guste. Pero si van de visita estos días a la plaza del Ayuntamiento, en Santander, y les da por tararear, no se olviden de cambiar la letra. Encima de este portal hay redes de pesca, por los caminos hay mujeres con el carpancho en la cabeza, los reyes magos no andan lejos de una trainera y, en los puestos de los mercaderes, venden bocartes, lubinas o mejillones. Es un Belén, sí. Pero marinero, con sus vestidos azules y blancos. Muy de aquí. Está puesto en un contenedor acristalado para poder verlo a cualquier hora y tiene historia. Porque es uno más de los que Carlos, Irene y Ángel han ido 'pensando', ampliando y colocando estos años. Primero para los amigos y clientes de la asesoría Seficosa. Y después, como la cosa fue creciendo con el tiempo, para todo el mundo. Así que ya saben, este año toca cambiar la letra. 'A Belén, marineros'.
Carlos López d'Hers pensó ya hace décadas que sería una buena idea organizar actos sociales y culturales para los clientes de la gestoría. Le ayudó su mujer, Irene Magaldi, y su amigo Ángel Pereira. A Carlos le apasionan las tradiciones y empezaron por una fiesta para los niños con los Reyes Magos. Luego pensaron en un Belén. Pero algo especial. Contactaron con Artesanías Serrano, en Murcia (que resultó tener vícnculos con Cantabria) y les fueron llevando fotos de lo que querían. Un Belén pasiego. Allí les fueron haciendo figuras, que completaron con los puestos que les confeccionaban en Cerería Zalo (de Málaga) y con las casas de la cántabra Teresa Riancho, de Entrambasmestas. El conjunto es algo llamativo. Mucho trabajo.
Lo pusieron en la oficina, pero cada año –desde febrero se ponían con ello– crecía un poco más (ahora mismo ocupa unas veinte cajas). Les dejaron un local en los bajos del Club de Regatas y lo expusieron allí. Era tan bonito que acabó por estar a la vista de todos hace unos años en la Plaza del Ayuntamiento.
«El caso es que también tenemos oficina en Castro Urdiales y allí comentábamos que no tenían Belén», cuenta Carlos. La idea para arreglarlo le vino en la popular fiesta de San Andrés, allí mismo, en Castro (la de los caracoles y los trajes de marineros). Manos a la obra. Eso explica los vestidos o que la trainera sea roja y lleve el nombre de 'La Marinera'. Unas pocas figuras al principio y la misma historia que con el pasiego. La oficina se quedó pequeña y lo trasladaron a la de Santander. La alcaldesa, Gema Igual, lo vio y le propuso volver este año a la plaza.
¿Y por qué lo vio Igual? Pues porque la pasión de Carlos y de su mujer va mucho más allá. Tienen los belenes, pero también una recreación alucinante de la Semana Santa en Murcia, Málaga y Sevilla (con detalles como cabañas pasiegas). Eso también lo expuso en los bajos del Regatas y tiene tal tamaño ya, que ahora permanece montado en un local del Zoco Gran Santander de cuarenta metros de forma permanente. Eso es lo que iba a ver la alcaldesa cuando se fijó también en el Belén marinero.
Y no acaba aquí la historia. Porque su gusto por las tradiciones va más lejos. En San Vicente de Toranzo tiene dos museos. Uno, 'El hombre y el campo', abierto al público con reserva previa (la visita es guiada) y otro, más pequeño, sobre las tradiciones de los pasiegos («este lo tengo para los amigos»). Por seguir con la Navidad, a esto hay que sumar que este año en la oficina de Santander tienen otro Belén: «uno infantil que han montado los nietos». El marinero, el pasiego, el infantil, la Semana Santa, los museos... «Mi idea ha sido mantener las tradiciones y por eso le damos mucha importancia a los juegos infantiles», comenta.
Es cierto. En el que puede verse este año en la plaza, hay críos con sus trajes blancos y azules haciendo carreras de sacos, jugando al burro, a la pita o saltando a la comba. Es uno de los muchos detalles. Las rederas arreglando las artes de pesca, la mujer que espera ante el edificio de la posada visiblemente embarazada, los hombres que juegan una partida de cartas, la pareja que toca el pito y el tambor mientras otros bailan, los productos del mar en los puestos... «A mí lo que más me llama la atención es la expresión de las figuras. Son de barro, pero cubiertas de tela policromada, por lo que se capta muy bien el movimiento, los pliegues de la ropa...», explica López d'Hers, encantado con que cualquiera pueda verlo en la ciudad (al ponerlo en un contenedor acristalado se puede visitar a cualquier hora del día y sin colas).
Lo dicho. A Belén, marineros. Todo, de forma altruista. No se cobra entrada y Seficosa no obtiene ningún beneficio por ello.
–Pero, dígame, ¿todo esto (los belenes, la Semana Santa, los museos...) le habrá costado un buen dinero?
–Son más de treinta años haciéndolo. A mí me enseñaron a manejarme económicamente los pasiegos. Y sus consejos me han ayudado mucho. Para negociar, para conseguir las cosas a buen precio... Lo planeábamos, mi mujer y yo cogíamos la furgoneta y listo. Y en vez de gastármelo por ahí en otras cosas...
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