A Bezana, por el nuevo carril bici

Con este carril también se consigue acortar el recorrido ya que, si antes había que pedalear dos kilómetros y medio por carretera partiendo de Bezana, ahora la distancia se reduce a solo un kilómetro y de uso exclusivo para ciclistas y peatones.

Los ciclistas han estrenado ya este nuevo tramo del carril bici que amplía la red del Plan de Movilidad Ciclista de Cantabria y que ha supuesto una inversión de 1.511.062 euros financiados íntegramente con cargo a los fondos europeos Next Generation.

Como punto negativo, señalan algunos usuarios que ya lo han estrenado, el trazado elegido. «Tiene exceso de desnivel (30%) en el tramo inicial partiendo de Bezana, lo que hace que sea casi impensable su uso para ir a diario a trabajar, pues requiere de un gran esfuerzo físico. La pendiente es fuerte, rompes a sudar y necesitarías darte una ducha en el puesto de trabajo», asegura Ángel Fernández, uno de los primeros en disfrutar del nuevo carril.

Tanto él, como algún otro de los primeros usuarios, coinciden en que este desnivel «impedirá» el objetivo principal con el que se planteó el carril bici: potenciar el uso de la bicicleta en los desplazamientos cotidianos en detrimento de los medios de transporte convencionales, según se explicó desde el Gobierno regional cuando anunció el proyecto.

Sin embargo, la Asociación Cantabria Conbici ha valorado la obra muy positivamente. «Su diseño hace de él una opción muy necesaria y demandada por la comunidad ciclista para dar servicio alternativo al coche. Dicha actuación dispone de un formidable puente de madera y unas dimensiones suficientes para poder discurrir por el mismo peatones y ciclistas en total armonía», afirman desde la agrupación.

El itinerario tiene una anchura de cuatro metros para hacer compatible el tráfico de bicicletas y de peatones en un área en el que residen casi 10.000 personas t favorece la comunicación con el parque empresarial, que presenta problemas de aparcamiento.

En la carretera de Bezana se concentra un alto número de ciclistas que sale o regresa a Santander. A partir de ahora no tendrán que utilizar la carretera ni compartir la vía con los vehículos, lo que siempre entraña riesgo. La nueva alternativa evita el tráfico rodado en gran parte del recorrido.

El primer tramo del carril, partiendo desde el Pctcan, pasa sobre la S-20 a través del puente existente y se aprovecha la doble calzada para materializar el carril bici en la calzada derecha (subida), en dirección norte. El carril conecta con el núcleo de Bezana (2.980 metros) y, de ahí, continúa hasta el área residencial de Sancibrián (1.051 metros).

Los siguientes tramos discurren por la senda ciclable de tráfico compartido en ampliación del vial hasta la bifurcación con una anchura mínima de cinco metros. Desde la bifurcación hasta la pasarela el carril discurre independiente del tráfico rodado. A continuación hay una zona de tráfico compartido entre coches y bicicletas hasta la definitiva conexión tras el cruce a nivel de la línea de ferrocarril con las calles del núcleo urbano de Bezana.

Además, se ha construido una pasarela peatonal de madera laminada para salvar el arroyo de Irma o de Otero con una longitud de 50 metros y una anchura de 3,5 metros. El nuevo carril bici podrá también ser utilizado por numerosos peregrinos del Camino De Santiago.

Desde Cantabria Conbici han aprovechado la apertura del nuevo tramo de carril para «solicitar que esta actuación se continúe hacia las localidades de Boo (Piélagos) y Mogro (Miengo) sin demora. De ese modo se lograría combatir la emergencia climática así como fomentar una sociedad más verde, sana y saludable, de la cual disfrutaremos todos».