La Biblioteca de Menéndez Pelayo recobrará su esplendor a finales de 2019

Rosa Fernández Lera, directora del centro del polígrafo, artífice de la custodia, mantenimiento y modernización de la Biblioteca durante décadas, próxima a su jubilación, dejó claro ayer que el apoyo del Ayuntamiento ha sido total y permite ahora traducirse en esta reforma del edificio ubicado en el corazón del barrio La Florida, de su entorno y del interior, que aloja cerca de 42.000 volúmenes. Como ya avanzó este periódico la primera operación radica en el traslado de los fondos al Archivo Histórico Provincial, sito en la Biblioteca Central. La Biblioteca de Menéndez Pelayo cerrará entonces sus puertas y reabrirá, si se cumplen los plazos, en el último trimestre de 2019 «tras la rehabilitación integral con la que este edificio histórico recuperará su esplendor».

Las obras, que financiará el Ministerio de Fomento, al igual que las del futuro MAS, cuentan con una inversión que supera los 1,2 millones . La alcaldesa, Gema Igual, y los concejales de Infraestructuras y Cultura, César Díaz y Miriam Díaz, respectivamente, presentaron los detalles de este proyecto. Durante el periodo de cierre de la biblioteca, el ayuntamiento ha previsto actividades para ensalzar «la joya del barrio de La Florida, como una exposición en la calle Rubio, además de prestar una especial atención a lo divulgativo y potenciar los itinerarios didácticos para escolares», dijo Igual. La rehabilitación responde a un proyecto integral, redactado por los arquitectos José Luis Salcines y Tomás Gruber, con el que se renovará el interior y el exterior del edificio, declarado Bien de Interés Cultural, además de la zona ajardinada anexa y el cerramiento exterior.

Asimismo, destacaron los gestores, «se ha integrado en esta actuación el proyecto que ya tenía el Ayuntamiento para rehabilitar las vidrieras, uno de los elementos más singulares del edificio», dos laterales y una cenital de más de sesenta metros cuadrados, compuesta por 96 placas de vidrio.

Las obras en el interior incluirán la remodelación de los baños y aseos, la redistribución de los espacios, la sustitución de las estanterías por otras de acero inoxidable, el tratamiento de las maderas, la incorporación de un nuevo sistema de renovación del aire, el acondicionamiento acústico, la sustitución del sistema eléctrico y la instalación de vídeovigilancia, además de eliminar humedades e instalar un nuevo sistema de iluminación led.

Aunque Fomento financia las obras, el Ayuntamiento afronta la inversión de 170.000 euros que supondrá el traslado de los fondos y las labores de mantenimiento que se harán mientras estén depositados en el Archivo Provincial. La Biblioteca constituye uno de los elementos más importantes del patrimonio cultural de Santander y Cantabria. El Ayuntamiento lleva un largo tiempo trabajando en este ambicioso proyecto que comenzó con la colaboración del Instituto de Patrimonio del Ministerio de Cultura. Al tratarse de un Bien de Interés Cultural deberá pasar por la comisión de Patrimonio del Gobierno de Cantabria, aprobación en Junta de Gobierno Local y después será Fomento quien se encargue de la licitación de las obras que comenzarán este año.

El gran eje municipal de La Florida, como núcleo urbano de la cultura de Santander, contempla como actuación esencial estas obras que, de hecho, pueden llegar a coincidir, confirmaron los concejales, con las de la nueva biblioteca municipal que podrían comenzar en breve y con la reforma y ampliación del MAS, edificio en pésimo estado tras el siniestro acontecido el pasado otoño.

El fondo bibliográfico que acoge la Biblioteca está compuesto por 1.032 manuscritos, papeles y correspondencia de 17 legados de diferentes autores, 41.500 títulos de impresos de los cuales 22 son incunables (s. XV), 1.124 del siglo XVI y 1.125 del siglo XVII. El siglo XVIII está representado por 2.839 títulos mientras que el XIX y el XX por 35.260. El valor de este patrimonio es incalculable. El compromiso de Fomento, por su parte, es dejar la Biblioteca de Menéndez Pelayo «como nueva». Rosa Fernández ratificó que entre los cerca de 42.000 volúmenes que reunió Menéndez Pelayo desde que era un niño hasta su muerte, a los 55 años, hay obras de gran valor: códices del siglo XIV como la 'Crónica Troyana', e incunables, y manuscritos de Quevedo y Lope de Vega. La veterana gestora subrayó que los fondos «no están descuidados ni abandonados, sino muy sanos, como han puesto de manifiesto los estudios de los técnicos».

Ahora «deben ser tratados porque después de un siglo se han adaptado al microclima de la biblioteca y han desarrollo una serie de microorganismos por ese proceso adaptación, pero en ningún caso han producido un deterioro», añadió. También antes de trasladarlos al archivo habrá que hacer un estudio previo para que se adapten a ese nuevo microclima.

Lo más urgente, no obstante, recalcó, es «preparar lo necesario para poder conseguir una muy cualificada plantilla, desde la dirección a todas las demás escalas, para que la Biblioteca se enfrente con todas las garantías de éxito a esta nueva era».