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Domingo, 14 de noviembre 2021, 12:54
Fundada en el año 2002 por el cirujano Juan Ramón Sanz, la Clínica Sanz & Ayala (con el número de registro sanitario 06/2006/00228) cuenta con dos centros especializados, en Santander y Valladolid, donde aplican las técnicas más avanzadas de conocimiento y preparación para tratar cada caso de manera eficaz y satisfactoria, cualquiera que sea su dificultad en cirugía plástica y reparadora, cirugía estética, cirugía mamaria, cirugía de la muñeca, microcirugía, cirugía de mano y nervios periféricos.
Integrada por los doctores Juan Ramón Sanz e Higinio Ayala, ambos profesionales colaboran juntos con absoluta dedicación, excelencia en la práctica y alta cualificación. Sus trayectorias profesionales y la experiencia en el ámbito sanitario público y privado avalan la excelencia de los resultados en tratamientos como blefaroplastia, liposucción, rinoplastia o cirugía mamaria entre otros.
Juan Ramón Sanz (colegiado 39/3605313), actual jefe de Servicio de Cirugía Plástica del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (HMUV), es doctor por la Universidad de Salamanca y profesor asociado de cirugía plástica en la Facultad de Medicina de la Universidad de Cantabria. Dirige la Unidad de Cirugía y Medicina Estética de la Clínica Sanz & Ayala, especializada en cirugía plástica, estética y reconstructiva que codirige junto a Higinio Ayala (colegiado 39/3310458), especialista en cirugía plástica y reparadora, cirugía de mano y microcirugía reconstructiva, beca en cirugía de la mano y microcirugía en CM Kleinert Institute (EEUU). Facultativo del área de Cirugía Plástica y Reparadora de la Clínica Sanz & Ayala, es miembro de la Unidad Multidisciplinar de Cirugía de la Mano y Muñeca del HUMV y también profesor colaborador de Cirugía Plástica en la Facultad de Medicina de la UC.
- Pese a la crisis sanitaria y económica que vivimos a nivel mundial, la cirugía estética continúa más viva que nunca. Con un repunte al alza que, el año pasado, se tradujo en más de 400.000 intervenciones y un gasto de 2.600 millones de euros solo en nuestro país.
- La sobreexposición a las cámaras y las videollamadas aparejadas al teletrabajo durante la pandemia, son solo algunas de las razones que han desatado la fiebre por querer vernos más jóvenes y con un rostro mejorado desde el punto de vista estético.
- Algunas operaciones como la blefaroplastia o cirugía de párpados se han disparado, aumentando su demanda hasta el 30%.
La mirada es el espejo del alma y, a raíz de la pandemia y el uso generalizado de las mascarillas, los ojos han sido la parte del rostro más sobreexpuesta a los demás. Tanto, que se han convertido en la principal tarjeta de presentación en nuestras interacciones sociales. Lo que más se ve de nosotros mismos cuando, por ejemplo, mantenemos una videollamada de trabajo frente a las cámaras.
Por esta razón, entre otras, las consultas sobre intervenciones de ojos y párpados se han multiplicado en las clínicas de cirugía estética. La blefaroplastia, también conocida como lifting de ojos o lifting de párpados, se ha convertido en uno de los tratamientos de cirugía facial al que más se someten -ellas y ellos- desde que comenzó la pandemia.
Para empezar, es una intervención orientada a un rejuvenecimiento integral de la mirada. Gracias a la misma, el cirujano extrae la grasa y el exceso de piel y músculo de los párpados superiores e inferiores logrando que los ojos luzcan más expresivos. Durante la intervención también se corrigen las antiestéticas bolsas, que también son corregidas durante la intervención, aportando a los pacientes mayor seguridad en sí mismos.
De otro lado, la blefaroplastia amplía el campo de visión al eliminar la flacidez de los párpados superiores. Al dejar de estar «caídos» sobre los ojos, la percepción subjetiva de las personas que se someten a esta cirugía es la de «ver más y mejor».
Esta intervención está especialmente indicada en personas que presentan un exceso de piel que oscurece el pliegue natural de los párpados superiores. Asimismo, también es la cirugía de referencia si la piel que rodea los ojos tiene una apariencia hinchada, provocando que estos se vean cansados y tristes. De otro lado, gracias al efecto rejuvenecimiento de la blefaroplastia, se puede corregir el exceso de piel y arrugas finas de los párpados inferiores, y cuyo aspecto se asemeja al «papel crepé». Por último, la blefaroplastia es una intervención de gran ayuda cuando la superficie del ojo es demasiado pequeña o no es lo suficientemente lisa para poder maquillarse con normalidad.
Tras la blefaroplastia se puede experimentar una sensación de tirantez, sensibilidad a la luz y visión doble, aunque el dolor suele ser mínimo. Al principio, lo normal es que los párpados estén hinchados y adormecidos durante varios días. El paciente podrá retomar sus actividades cotidianas después de 4 o 5 días de posoperatorio, obteniéndose el aspecto definitivo a partir de la segunda semana después de la cirugía
Clínica Sanz y Ayala | Santander
https://www.plasticadrsanz.com/ | 942 037 404
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