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Casi un año después del inicio de las obras, la boca norte del túnel de Tetuán ya está despejada. Dejarla completamente descubierta no ha sido tarea fácil porque esta entrada, ubicada en El Sardinero, estaba enterrada a once metros de profundidad y para llegar hasta ... ella se ha tenido que ejecutar un gran pozo y excavar su interior para vaciarlo y alcanzar el antiguo acceso. ¿Y por qué estaba tan abajo? Porque desde que se cerró esta conexión peatonal hace más de tres décadas, ambas bocas se han ido quedando cada vez más por debajo del nivel actual de la calle. Ahora, el Ayuntamiento está realizando tareas de limpieza en el revestimiento de sillería, lleno de incrustaciones de carbonato cálcico y una capa de mortero que se colocó tras el cierre del túnel.
Tras liberar la entrada de El Sardinero, también se ha descubierto que, al igual que en la boca de Tetuán, todavía se conserva el escudo con las iniciales 'TVS', que hacen referencia al tranvía de vapor que lo recorría antes de su cierre y que se inauguró en 1892.
Lo único que separa ahora ambas entradas es un desprendimiento en su interior, localizado a 45 metros de distancia de la entrada de El Sardinero y a más de 200 de la boca de Tetuán -en total, el túnel mide 290 metros de largo-. Antes de retirarlo, el Ayuntamiento va a revisar el entorno con un 'geo radar' que les permitirá identificar el estado del terreno que rodea este pasadizo tras la sillería que lo recubre y, basándose en su estado, se decidirá cuál es la actuación más adecuada para consolidar y restaurar la zona caída. El área se estabilizará mediante inyecciones que crearán una especie de coraza para garantizar la resistencia de todo el túnel y también para evitar filtraciones de agua.
Aunque ver la entrada completamente despejada da la sensación de que ya queda poco para finalizar las intervenciones, aún quedan muchos pasos por delante. El proyecto del túnel contempla, además de recuperarlo, convertirlo en un itinerario para peatones y ciclistas. Aunque el propio pasadizo mide 300 metros, tras la actuación total habrá 700 metros de nueva trama urbana, ya que se integrará la rasante del túnel con la del viario actual. En la plaza Alhucemas, junto a la entrada de Tetuán, se aprovechará para ordenar los accesos a los edificios y a la propia plaza, optimizar los usos de la pista multideporte con aparatos de ejercicio para adultos y construir una rampa en el lateral del túnel.
En el acceso que da a El Sardinero, se prolongará el tramo cubierto 65 metros más, aunque se diseñará de tal manera que permita el paso de iluminación natural a este espacio. También se colocará una vereda de tuyas occidentales (cipreses), que humanizarán el espacio y materializarán la transición entre el interior y el exterior. Transitados los 65 metros extra de túnel, se llegará al espacio exterior de la actuación, a 125 metros de la conexión con la calle Joaquín Costa. A lo largo de todo el pasadizo resultante, la anchura será suficiente para incluir el paso peatonal y el carril bici. Aunque la intención es que las intervenciones restantes estén terminadas este verano, la incertidumbre sobre el estado de la zona del desprendimiento y sus alrededores podrían retrasar la fecha. Esto ocurrirá en caso de que esté en peores condiciones de las esperadas, algo que no se sabrá hasta que comiencen las intervenciones con el 'geo radar' y las inyecciones que garanticen la seguridad.
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