Bolardos de seguridad en el muelle de Calderón
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La Autoridad Portuaria instala dos grupos de elementos disuasorios para cerrar el paso a vehículos pesados por una de las zonas más concurridas de la ciudadUnos bolardos de cemento y de diseño -se ha buscado intencionadamente que no parezcan bolardos al uso, que suelen ser verticales- cortan el paso de vehículos desde hace varias semanas en el muelle de Calderón de Santander, más o menos desde la instalación de ... Los Reginas hasta la escultura de 'Los raqueros', cerca del Club Marítimo. Están tan bien integrados en el entorno que muchos santanderinos los han tomado por bancos (porque también sirven para sentarse), pero son elementos de seguridad con los que se quiere impedir el acceso de vehículos de gran tonelaje a un paseo muy concurrido.
Las nuevas piezas disuasorias se han instalado persiguiendo dos medidas de defensa distintas, tal como confirmó ayer el presidente de la Autoridad Portuaria de Santander (APS), Jaime González. Por un lado, deben servir para «proteger la zona de una posible acción terrorista por invasión con vehículo». Desde este punto de vista, son una extensión de las medidas adoptadas por el Consistorio en otros puntos de la ciudad «y nos hemos coordinado con el Ayuntamiento para instalarlos, porque se trata de proteger una zona que tiene un tránsito peatonal de alta densidad». Más, en verano.
Otras fuentes indicaron que se ha querido que fueran «unos elementos diferentes, que no llamaran mucho la atención», para no causar alarma entre la población. El hueco que se ha dejado entre elemento y elemento permite pasar a un coche, pero no un vehículo más grande. «Pueden parecer asientos» y no chirrían con el entorno. De hecho, han pasado desapercibidos para muchos de los habituales de la primera línea de mar.
Al explicar su cometido, González no cita algunos de los últimos atentados yihadistas, pero la memoria remite a los que vivieron Las Ramblas de Barcelona en el verano de 2017 o el Paseo Marítimo de Niza en 2016, que se perpetraron con algo tan simple como un conductor al volante de un camión o una furgoneta. A raíz de aquellas acciones terroristas, las ciudades reforzaron la seguridad en viales con gran circulación de gente. También lo hizo la capital cántabra, así que los santanderinos están acostumbrados a desenvolverse entre bloques de piedra y grandes maceteros decorativos en lugares como la Alameda Segunda, el inicio y final de la calle Burgos, la Plaza Porticada, la calle Juan de Herrera, la Plaza de Alfonso XIII en su entrada por Calvo Sotelo, el acceso a la catedral entre Correos y el Banco de España, la plataforma giratoria de acceso a la calle de Cádiz y la esquina Calderón de la Barca-Jardines de Pereda (Hotel Bahía). Otro tipo de maceteros, hexagonales, se instalaron en la esquina de la avenida de Calvo Sotelo.
El Puerto quiere, además, que no pueda circular por el muelle de Calderón ningún vehículo que ejerza una carga pesada sobre una infraestructura que no se construyó para los grandes volúmenes de vehículos actuales. «La estructura del muelle está bien, pero queremos tener controlado el acceso y que sólo entren vehículos con autorización», subrayó el presidente de la APS.
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