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¿Al apagar el incendio del MAS (Museo de Arte Contemporáneo de Santander) hace casi cinco años, los Bomberos de Santander dañaron o no dañaron con el agua valiosos libros de la Biblioteca Menéndez Pelayo, anexa al museo? La empresa que custodia los fondos bibliográficos ... del escritor (TSA) mantiene en un dossier que la intervención para sofocar el fuego afectó al despacho de Don Marcelino, en el que estaban las piezas más valiosas, que se habrían mojado y luego deteriorado por esa humedad. Pero los Bomberos de Santander han hecho su propio informe y es muy contundente: «La teoría que vincula la humedad de los volúmenes con los trabajos de extinción es falsa y no se corresponde con la realidad».
Así que haciendo suya la conclusión de los Bomberos, el Ayuntamiento pedirá a la empresa de patrimonio TSA que rectifique su informe sobre el estado de conservación de los fondos bibliográficos, sobre todo en lo que se refiere a los supuestos daños derivados de las labores para la extinción del incendio del Museo.
El asunto se tratará el próximo lunes en la Comisión Municipal de Cultura, aunque ya se ha anunciado que el Consistorio pedirá que se modifiquen las conclusiones de TSA «a la vista del informe de los Bomberos, que son tajantes al asegurar que no se actuó en ningún momento sobre el edificio de la Menéndez Pelayo». Además, el Ayuntamiento la reclamará que aclare las pruebas en las que basa sus afirmaciones o qué fuentes utilizó, ya que su teoría se contradice radicalmente con el análisis del servicio municipal contra incendios.
En este se dice expresamente que la afirmación de TSA de que los libros más valiosos de la biblioteca se mojaron como consecuencia de su actuación (resultado de empaparse las fachadas del edificio de la Biblioteca de Menéndez Pelayo la noche del incendio) «es incierta, no se argumenta con un mínimo de seriedad y resulta de una frivolidad y falta de rigor absoluta». Los bomberos llaman la atención sobre el hecho de que quienes hayan evaluado los fondos de la Menéndez Pelayo «no estuvieron en el lugar de los hechos hasta transcurrido casi un año desde el incendio» y recuerdan que, alrededor de las fechas en las que se inició el proceso de rehabilitación de la Biblioteca (verano de 2019), el jefe de los bomberos visitó las instalaciones a petición del equipo técnico encargado de los trabajos, para evaluar si las humedades que presentaban los volúmenes almacenados en el despacho del director, junto a la fachada este, podrían achacarse a humedades por el agua del incendio.
El informe hecho público este miércoles relata que, en esa visita, se comprobó que había humedades derivadas de las patologías constructivas comunes a este tipo de edificaciones y se informó de que aquella fachada no se había mojado. «Me ofrecí a realizar un informe, pero me indicaron que no era necesario», explica el jefe del servicio en su documento, por lo que los bomberos creen que TSA «pretendía vincular los trabajos de restauración de estos volúmenes a los daños causados por el incendio del MAS» y así lo dicen con total claridad.
Para avalar sus declaraciones, los bomberos incluyen tres fotografías del día del incendio en las que puede observarse que las fachadas de la Biblioteca y del Museo se encontraban secas antes de acabar con las labores de extinción del fuego en el MAS.
A partir de este informe, el Ayuntamiento remitirá los documentos existentes -y contradictorios- al Ministerio de Cultura para solicitar su colaboración y seguir trabajando en la conservación de la Biblioteca de Menéndez Pelayo y sus fondos. Desde el Consistorio se ha recordado que la empresa responsable de la custodia de los libros ha presupuestado en más de 600.000 euros la reparación de los 590 ejemplares afectados, del total de volúmenes, que son unos 42.000.
El informe de los Bomberos de Santander conocido este miércoles es respuesta al elaborado por la empresa TSA en el que se especificaba que lo prioritario era recuperar los libros dañados por la extinción del fuego del MAS, ya que los ejemplares más valiosos, los que estaban en el despacho de Menéndez Pelayo, «eran a los que más había afectado el agua que sofocó el incendio. Las cubiertas se empaparon con grandes cantidades de agua que se filtraron por las grietas, fisuras y poros y eso les afectó». A esto hubo que añadir -según su relato- «la proliferación inmediata de microorganismos derivada de esa humedad, lo que dio lugar a graves alteraciones de los ejemplares.
La firma especializada también aludió en su día a que, aunque el estado de algunos libros era preocupante y muchos requerían una restauración urgente, todos han podido recuperarse y ninguno corre peligro de desaparecer.
Los técnicos de TSA también señalaron que el estado general de conservación deficiente de los fondos de la Biblioteca se deben a varios factores. De un lado, a la ausencia de un plan de preservación tanto del edificio como de los fondos. De otro, aludía a los daños colaterales de la extinción del incendio del MAS y, finalmente, a las características de los libros, ya que cientos de ellos tienen, a su vez, cientos de años de antigüedad.
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