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Cabalga la primavera

Olga Agüero

Santander

Viernes, 9 de marzo 2018, 07:32

Este año las marzas llaman a la primavera con más fervor ahora que, en otro invierno extrañamente frío, la nieve ha llegado al mar Cantábrico ... después de tres décadas. Una efímera alfombra blanca que parece anunciar una primavera distinta, alterada. Despiertan los pensionistas, se rebelan las mujeres. Brotan sus reivindicaciones con la misma efervescencia que las flores. Como cada estación, ya suena el acostumbrado murmullo de las margaritas chocando contra el cielo, nuestro suelo, hasta alumbrar el campo con sus pétalos de camino a las nubes. Después de un largo invierno, metáfora de resignación y silencio, la luz prende una alborotada primavera. Algo parece sacudir a la ciudad de su aletargado estigma invernal desde que se empezaron a levantar algunos muros. El telón intangible de la franja MetroTUS y el colosal dique que altera la bahía. Salvemos la Magdalena de nosotros mismos. Unas barreras que han empezado a quebrar la fortaleza de conformismo ciudadano que con arbitraria comodidad han manejado nuestros gobernantes. Quizá después de la reiterada anestesia infográfica a la que nos han sometido, de las desdichas urbanísticas y ocurrencias a discreción, ni siquiera pueden percibir que la terapia ha dejado de funcionar.

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