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El 8 de diciembre se cumplirán once años desde que tres personas perdieron la vida en el derrumbe del edificio del Cabildo. Gumersinda Colmenero, su hijo, Jesús Manuel Gómez y Teodoro Raúl Monzón Flores. 'Sindi', 'Chus' y Teodoro, como acostumbraban a conocerles sus vecinos y familiares, perdieron la vida con la caída del número 14 de la Cuesta del Hospital. Una cuarta persona fue víctima de la tragedia: Francisco Gómez Colmenero, con diversos traumatismos.
La tristeza por la pérdida de estos vecinos se acentúa todos los años a estas alturas. Un periodo de luto que, por si fuera poco, recuerda a los residentes la falta de iniciativas de la Administración para rehabilitar uno de los barrios más antiguos de la ciudad. El curso pasado, la anulación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Santander de 2012 fue recibido como un jarro de agua fría entre sus habitantes. El motivo: la cancelación de igual forma del Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Área Específica del Cabildo de Arriba (Pepri).
11 años habrán pasado el 8 de diciembre desde que tres personas perdieron la vida en el derrumbe del edificio número 14.
Esta última propuesta no es la única que ha estado en la agenda para su dinamización: ARI (Área de Rehabilitación Integral); Área de Rehabilitación de Centro Urbano (ARCU); Área de Renovación Urbana (ARU) y Área de Regeneración y Renovación Urbana (ARRU) en años anteriores dan cuenta de la demora institucional de la que esta zona ha sido víctima. Ningún plan ha terminado de relanzar este barrio, cuyos habitantes continúan siendo testigos de su deterioro al tiempo que se paralizan todas las iniciativas.
Así, son ya más de veinte años los que el Cabildo lleva esperando una gran propuesta de reconstrucción que lo devuelva a la vida. Un barrio que continúa inmerso en un proceso de deterioro y ruina a pesar de las facultades que lo caracterizan todavía a día de hoy. Mientras tanto, son ya multitud de propietarios los que deshabitan sus edificios para ordenar su derribo inmediato.
Ayer por la mañana se repetía la noticia: dos edificios más, concretamente el número 1 de la calle San Pedro (declarado en ruina por el consistorio en mayo) y el 26 de la Cuesta del Hospital, comenzaron a ser derribados ante la mirada de los residentes. Desde ayer por la mañana, las obras provocan el corte al tráfico de esta parte inicial de la calle Alta, y lo harán durante al menos cuatro días en los que ni un vehículo podrá circular por este tramo, a excepción del autobús municipal. La alternativa para los conductores: si vienen desde la calle Ruamayor podrán desviarse por Limón y Garmendia hacia Calvo Sotelo; o bien por la Rampa Sotileza hasta la calle Cádiz.
Por su parte, los vehículos que accedan desde Cuatro Caminos deberán circular por la calle Garmendia hasta Calvo Sotelo. El corte al tráfico, situado en la intersección con la Cuesta del Hospital, continuará al menos durante tres días más. Tal y como informa el consistorio, únicamente se permitirá el paso por la zona a los autobuses municipales. De ahí que la línea 11, cuyo itinerario desde el Ayuntamiento hasta Valdecilla pasa necesariamente por la calle Ruamayor, no se verá afectada durante los tres días que quedan de obras.
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