El cable de Meta que conectará EE UU con Europa ya está en Santander

A primera hora de esta mañana llegaba a la orilla del Cantábrico el buque de la firma francesa Orange, Pierre de Fermat, que transportaba el cable de Meta. Es ahí cuando comenzó la operación de desembarco. «Hay otros dos buques de apoyo que lo han atado con una cuerda lanzada desde la arena. Ahora estas excavadoras se están ayudando de unas poleas para arrastrar el cable a tierra», explica el encargado de la empresa Elecnor, Ángel Gómez. No ha sido una tarea sencilla. Tampoco rápida. «El arrastre se tiene que hacer muy poco a poco para que el cable no se parta, ya que solo aguanta una tonelada de fuerza de tira. Para ello, los operarios se ayudan de dinamómetros que dejarían de tirar si se supera esa fuerza», añade.

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Horas después, el gusano de boyas que se formó en el mar completó su desembarco, pero el trabajo no finalizó ahí. Ahora queda la instalación. Lo primero, hacer las pruebas pertinentes de conectividad dentro de una caseta roja que han instalado en el aparcamiento de la Virgen del Mar. A su vez, habrá que esperar a que baje la marea para cavar -de nuevo- la zanja que permitirá la fusión del cable con la fibra, que se hará en forma de 'ese' para que no se cruce con el cable Rioja-1, que conectaba España con Reino Unido a través del océano Atlántico y que actualmente está en desuso. El foso que se perforó el pasado sábado en ese mismo arenal terminó cubierto por la marea, como era de esperar.

Anjana, que así se llama el cable en honor al hada mitológica cántabra, cuenta con una capacidad de casi 500 Terabits por segundo (Tbps), lo que se traduce en el sistema de cable más potente del mundo. Su diseño cuenta con 24 pares de fibra óptica, cada uno capaz de soportar aproximadamente 20 Tbps. Su transporte ha ido por fases y han participado diferentes barcos. Los miembros del proyecto explican que, en caso de producirse alguna avería, cuentan con «tecnologías que señalan el punto exacto del problema».

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Además de los operarios, que se mezclaban con algunos altos cargos de Meta, otros muchos curiosos se acercaron al puente de la Virgen del Mar para observar con detalle este hito tan importante en el mundo de la tecnología. Algunos ni siquiera entendían lo que estaba ocurriendo, pero se quedaron maravillados con la metodología de trabajo. «No sé qué impacto tiene este cable porque no uso internet, pero estoy alucinando con todas las personas que hay trabajando aquí. Parece mentira que un cable tan fino suponga tanto», decía Miguel Pérez, vecino de Santander. Otros, como José Sánchez, que todos los días se pega un baño en la Virgen del Mar, se quejaba del estado del arenal: «Nos están dejando la playa fastidiada, pero bueno, si es para bien qué remedio». En cualquier caso, todos los presentes compartían su asombro con la longitud del cable. «Llevamos meses viendo el proceso y me parece una pasada que este cable venga directo de EE UU», cuenta David Andrés.