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Las vistas panorámicas a la bahía de Santander que podían disfrutarse desde la terraza de la última planta del Museo Marítimo del Cantábrico (MMC)ya ... están disponibles de nuevo. Aunque, al menos durante este verano, solo los visitantes de las instalaciones tendrán la suerte de acceder a ella. Y es que la cafetería del museo –el más visitado de Cantabria–, que se cerró hace un año, ya ha abierto sus puertas de cara al periodo estival, temporada alta de visitantes. La idea del Gobierno regional es, en un futuro próximo, poder separar la actividad museística de la hostelera y dotar así de más horario a la cafetería-restaurante.
La última empresa en gestionar el espacio tras su reforma integral fue el Grupo Bodi, pero lo hizo solo durante tres meses y medio –durante la primavera y el arranque del verano del año pasado–. Y es que la adjudicación contaba únicamente con ese periodo de tiempo y además el negocio estaba ligado al Museo, por lo que no contaba con entrada propia y debía ajustarse al horario de las instalaciones. Por el momento se desconoce si ha habido avances respecto a los trámites necesarios para que la cafetería pueda funcionar de forma independiente al Museo, pero hace un par de meses la Consejería de Cultura confirmó a El Diario Montañés que se trataba de un proceso largo. Lo primero que debían arreglar era el papeleo del edificio, que está fuera de ordenación desde que se llevó a cabo la ampliación hace ya 24 años. Así, Cultura se encontraba trabajando en esa regularización urbanística. Según explicaron, el trámite de legalización ya está iniciado en el Ayuntamiento de Santander, donde el Gobierno tendrá que entregar una documentación en la que incluyan la definición arquitectónica de la totalidad del edificio y la justificación del cumplimiento de las condiciones de edificación y usos derivados de la propia normativa urbanística municipal. Así, su objetivo «a medio plazo» es sacar una licitación en la que plantean incluir el servicio de restaurante y las obras necesarias para habilitar una entrada independiente.
Fue en julio del año pasado cuando en la entrada de la cafetería del Museo Marítimo se podía leer un cartel rojo que decía: «Cerrado hasta nuevo aviso». Las famosas tortillas del Grupo Bodi y las vistas de la terraza fueron un reclamo para turistas y santanderinos, pero duraron apenas tres meses y medio. Según informó entonces Cultura, donde acababa de aterrizar un nuevo equipo de gobierno (PP), la clausura se debía a que había expirado el plazo del contrato. Un hecho del que no se informó en el momento de la apertura, justo un día antes de que comenzaran las vacaciones de Semana Santa del año pasado. Entonces, había expectación por ver cómo había quedado este espacio ya que, desde que la cafetería cerró por la pandemia de covid y tras el posterior cambio de titularidad, se sometió a una reforma integral. Así, las instalaciones destinadas a restauración tienen una gran amplitud, con 300 plazas para comensales, y un moderno acabado en madera con notas marineras, como las lámparas inspiradas en las velas de un barco. Con la obra se cambiaron las antiguas ventanas y se ganó una terraza perimetral transitable y una amplia zona exterior.
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