La calle Antonio López ganará 8,5 metros tras el derribo del último muro de los tinglados

Después del derribo de los tinglados, aún quedaba por retirar uno de los muros de estas naves porque hacía las veces de cierre portuario. Ahora que ya no es necesaria esa función, las palas trabajan en su supresión para poder iniciar posteriormente las obras que ensancharán esta calle hasta convertirla en un amplio paseo. Así, en la 'zona puerto' se ha asfaltado ya la superficie afectada y en los próximos días se prevé finalizar la señalización horizontal y vertical, además de la instalación de nuevas luminarias en coordinación con la Autoridad Portuaria de Santander (APS). Tras esas acciones, el espacio quedará totalmente disponible para su uso habitual.

En cuanto a la 'zona ciudad', tras el derribo del muro que ha servido de cierre portuario mientras se ejecutaba el definitivo, se demolerán también este mes las soleras de hormigón de las antiguos tinglados. Ya en noviembre, se actuará en la urbanización de toda esa franja recién ganada al Puerto. Después, en diciembre, se iniciarán los trabajos de urbanización desde la Biblioteca Central hacia el centro cívico de Tabacalera para completar toda la calle.

La calle Antonio López -que ahora tiene una anchura de 14 metros- ganará 8,5 metros más hasta situarse en los 22,5 metros, una superficie que se añadirá a la acera que discurre junto a los edificios para conseguir un gran paseo peatonal.

Las obras, que afectarán a una superficie total de 8.245 metros cuadrados, permitirán además aumentar la anchura del carril bici que, en su tramo final, se separará del parque infantil para evitar las interferencias entre ciclistas y usuarios que se producen actualmente en esta zona y se aprovechará para prolongarlo hasta el acceso a la Biblioteca Central y facilitar así el desplazamiento en bicicleta hasta este edificio.

En el primer tramo de la calle -frente al nuevo centro cívico Tabacalera- y en el extremo final -el más cercano a Ruiz Zorrilla-, el vial se colocará al nivel de la acera, de manera que el peatón tendrá prioridad al convertirse en zonas semipeatonales. Este proyecto supondrá que Santander gane 2.500 metros cuadrados a los espacios portuarios para uso ciudadano y así seguirá creciendo el frente marítimo de la ciudad. «Esto nos permitirá seguir poniendo en valor esta zona, que ya concentra importantes equipamientos, y acercarnos más a un barrio con tanta historia y personalidad como es el Barrio Pesquero», expuso el concejal de Fomento, César Díaz, al iniciarse las obras de demolición de los tinglados, que se completó el pasado agosto.