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Así ha cambiado el ocio en Santander
Radiografía

Así ha cambiado el ocio en Santander

La evolución de los lugares de referencia hostelera en la ciudad pone de manifiesto el cambio que ha experimentado el sector, que también se ha ido adaptando a los nuevos hábitos de los vecinos y visitantes

Candela Gordovil

Santander

Sábado, 22 de junio 2024

Es la propia página web del Ayuntamiento de Santander la que señala cuales son las principales zonas de ocio en la ciudad. El entorno de Puertochico, donde muchos comienzan la ruta de bares para luego seguir hasta Peña Herbosa. La plaza de Cañadío, uno de los lugares por excelencia, o el Río de la Pila, con sus altos y sus bajos históricamente. Y también zonas de Santa Lucía como el Pasadizo Zorrilla. Sitios que han sido punto de encuentro para tomar cervezas y copas de varias generaciones y que, con altibajos, se han mantenido con el paso de los años. Otros, al contrario, han cambiado con el tiempo. Es el caso de la calle San Luis o la calle del Carmen. O, ya si se echa la vista más atrás, el Grupo Amaro o la calle Panamá, en El Sardinero, donde un supermercado sustituye ya hace años a algunos de los pubs más frecuentados de la época. Una radiografía de cómo ha cambiado el ocio en Santander –en su faceta vinculada a la hostelería (diurna y nocturna)– pone de manifiesto los cambios de hábitos que han experimentado los vecinos y la propia ciudad respecto a uno de los sectores que más peso económico tiene en la región junto al turismo, que también está en auge.

«Cañadío es el típico sitio al que mandas a una persona que viene de fuera porque no hay fallo. Va a haber ambiente seguro», explica Ángel Suárez, empresario del ocio nocturno en la región y responsable de esta sección en Hostelería. Tradicionalmente se ha considerado una zona de copas. Aunque ahora algunos negocios del entorno también se han adaptado a los cambios de hábitos que ha vivido el sector. «Desde hace un tiempo hay bares que han llegado nuevos que abren desde el mediodía y se suman a la hora del vermú. Antes ibas un domingo por el día y estaba todo cerrado y eso ya ha cambiado», añade Suárez. «Es una plaza muy dinámica actualmente, con más posibilidades». Y esto repercute también en las calles aledañas a la plaza, que también están prácticamente llenas de locales de este tipo y con bastante movimiento todos los fines de semana.

Otro clásico es el Río de la Pila. Como el Guadiana, una zona que aparece y desaparece de la ruta. Épocas doradas y otras que no lo han sido tanto. Actualmente atraviesa un buen momento en cuanto a clientela, vinculado también a la llegada de un grupo de hosteleros jóvenes aglutinados en una asociación cultural que también organiza eventos durante el año. Esta zona no ha perdido su carácter alternativo y allí convergen diferentes grupos de edades.

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Río de la Pila

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El Río de la Pila es una de las zonas de ocio de Santander que se ha mantenido en el tiempo, con sus altos y bajos. A pesar de que esta zona ha sido para varias generaciones un punto de encuentro, también ha pasado por épocas malas. Siempre, en general, con un toque alternativo. Ahora, 'El Río' vive un momento dulce. Una nueva generación de hosteleros ha tomado el relevo y se han agrupado en una asociación cultural que además organiza varios eventos al año. En esta zona no hay una franja de edad específica ya que se mezclan varias generaciones.

Plaza Cañadío

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Se puede considerar la zona de ocio por excelencia de Santander desde hace muchos años. Aunque también ha sufrido variaciones. A día de hoy lo habitual es que sea complicado encontrar una mesa libre en esta plaza durante el fin de semana. Y más en verano y navidades. Aun así, ya no se limita a ser solo una zona de ocio nocturno. La apertura de nuevos negocios y también el cambio de costumbres de la gente han abierto un abanico de posibilidades a los hosteleros. Hay quien comienza aquí su noche para luego seguirla en alguna de las discotecas cercanas o también quien puede picar algo en la misma plaza y se apunta a la nueva moda del 'tardeo'.

Calle Peña Herbosa

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La calle Peña Herbosa es otra de esas zonas que se mantiene. Y no solo es eso, sino que va a más ya que en los últimos años han abierto más bares y restaurantes, más enfocados a un tipo de ocio durante el día y hasta después de la hora de la cena. El éxito de esta zona también ha beneficiado a las calles aledañas, como puede ser el entorno de Puertochico, Hernán Cortés o Bonifaz. El perfil de gente en esta zona es más mayor, principalmente desde los 30 años en adelante.

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Siguiendo con este recorrido por la evolución del ocio en Santander hay que hacer una parada obligatoria en Peña Herbosa, una calle más orientada al ocio diurno, y que no solo se mantiene con el paso del tiempo, sino que «va a más». «En esta calle ya no quedan locales vacíos y eso es un buen síntoma». Además, según explica Suárez, «es una zona que está bastante bien organizada ya que funciona todo el día, desde la hora del vermú». Por la noche, después de las cenas, «la gente se mueve hacia otros pubs para seguir la fiesta o se van a casa». Este es, a su juicio, el claro ejemplo de zona ya «muy congestionada», ya que ha llegado un punto en el que no pueden abrir más bares. Precisamente por eso, el negocio se expande hacia otros puntos. Es el caso del entorno del Mercado del Este. «Ya hay proyectos pendientes de licencia. Cuando concluyan las obras de Faro Santander va a ser una zona en auge».

Al contrario, hay otros lugares que se han transformado con el paso de los años y su aspecto actualmente dista mucho de aquellas calles abarrotadas de gente. Es el caso de la calle San Luis, ahora mucho más tranquila, o la calle del Carmen, donde, aunque sigue habiendo bares, el ambiente también es más calmado.

Un poco más lejos, la calle Panamá, en El Sardinero, el Grupo Amaro o la zona de Perines. Parcial o radicalmente transformadas. «Hay muchos sitios de toda la vida que aunque cambien de manos siguen funcionando, sobre todo en las zonas principales de ocio de la ciudad. En las zonas más alejadas, pues la cosa ha variado un poco más», añade. «Va por temporadas».

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Pasadizo Zorrilla

En el entorno de la calle Santa Lucía también está el Pasadizo Zorrilla, otro punto de encuentro para tomar copas de varias generaciones. Aunque es cierto que la pandemia ha relanzado esta zona, especialmente entre la gente joven. La terraza que se instaló en el callejón de forma excepcional tras el confinamiento, además de los locales que ya existían, pusieron hasta arriba la zona. Mucha gente acude a estos bares como primera parada en una noche de fiesta.

El Sardinero

La calle Joaquín Costa, en El Sardinero, es desde hace mucho un punto de encuentro para vecinos de esta zona. «Para ir a tomar algo no se van hasta el centro teniendo una zona muy ambientada cerca de casa», apuntan desde el sector. Aunque es cierto que con los años ha ido a más, muy propiciado también por el aumento del turismo en la capital cántabra. Allí conviven bares de toda la vida y otros que han abierto después pero que se han ido consolidando. A lo que hay que sumar que El Sardinero es una de las zonas más turísticas de la ciudad y en verano se llena aún más.

Mercado del Este y su entorno

El Mercado del Este comenzó hace unos años un proyecto de transformación para convertirse en un gastromercado, un modelo que ya triunfaba en otras ciudades. Y a día de hoy está funcionando. De hecho, según apuntan desde el sector, «lo están haciendo muy bien» y ha crecido al incorporarse más negocios en la última etapa. Una situación que también repercute en su entorno, donde la previsión es que, en los próximos años, haya más bares. Muy cerca del mercado también están la calle Arrabal y la calle del Medio, ambas muy ambientadas por la gran cantidad de bares y restaurantes que fueron abriendo.

Tetuán

La calle de Tetuán es una zona de concentración de restaurantes. Ha tenido épocas más dinámicas y otras más tranquilas, pero es cierto que la asociación en la que se aglutinan los hosteleros de la zona ha hecho mucho –y sigue haciendo– por este barrio (se relanzó claramente la hostelería). También se ha consolidado como un punto de referencia y encuentro para el racinguismo gracias a la unión entre las peñas del Racing y la asociación de hosteleros. Zona, sobre todo, habitual del vermú o para comidas y cenas.

Barrio Pesquero

El Barrio Pesquero es un rincón que mantiene su personalidad muy ligada a las tradiciones marineras. Su oferta gastronómica la ha convertido en un lugar de referencia tanto para santanderinos como turistas. La plaza que hay ha ganado presencia

Grupo Amaro, Perines

Respecto al caso del Grupo Amaro hace falta echar la vista más atrás en el tiempo. Pero también fue un lugar muy frecuentado para el aperitivo (los mejillones, el bar Amaro...). Ahora, la zona es mucho más tranquila, aunque sigue habiendo bares y terrazas. Algo muy similar ocurrió en la zona de Perines (con el pub La Pera como referente durante muchos años), donde, a pesar de que sigue habiendo pubs, el ambiente también ha cambiado con el paso del tiempo.

San Luis

La calle San Luis ha atravesado un proceso parecido. También sigue habiendo bastantes bares y nuevas aperturas de negocios, pero está enfocada principalmente en la zona del barrio. En la imagen como estaba en 1999.

Calle Panamá

Claro ejemplo de cambio. Esta calle, que se encuentra en El Sardinero, fue en su día una de las más concurridas en el ocio nocturno. Allí estaba el Sunset, un pub de referencia de los surferos, la discoteca Rebeca, el Albatros o el Sugar, que después paso a llamarse Cuic. Cerca se encontraba Línea de Playa (también fue La Real), otra discoteca (en la zona de la Segunda Playa). Actualmente allí hay un supermercado.

Calle Cádiz y Calderón de la Barca

El caso de la calle Calderón de la Barca y la calle Cádiz, muy próximas entre sí, es bastante similar. Ambas tienen ambiente durante el mediodía y ofrecen la posibilidad de comer en la propia zona sin necesidad de moverte a otro lugar más céntrico. Esto ha venido propiciado también por la apertura de nuevos bares. Es el caso del Amarella, por ejemplo, que nació como un sitio de desayuno y de café, y actualmente su terraza está llena desde primera hora y hasta después de comer.

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