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Un camarero sirve cañas en la terraza del Cachalote. Juanjo Santamaría

Las cañas: más grandes y más caras

A prueba. Los tragos pequeños están en peligro de extinción. El Diario Montañés recorre tres zonas de ocio nocturno de la ciudad para comprobar los tamaños y precios de las cervezas en los bares

Candela Gordovil

Santander

Domingo, 6 de agosto 2023, 17:21

«Póngame una caña, por favor». Las cañas, al igual que la forma de pedirlas, son infinitas. Y no sólo varían en función de la comunidad autónoma en la que se pida. También cambia el tamaño y el precio dentro de la misma ciudad. La tradicional, la de toda la vida, era la que se servía en el vaso de 20 centilitros. Las que se pueden beber casi de un sorbo. Esas son ahora mini caña y están en peligro de extinción. No compensan a los bares (aunque se siga poniendo si se pide). Entonces, ¿qué te ponen al pedir una caña en Santander? El Diario Montañés recorre tres zonas de ocio nocturno de la ciudad para comprobar tamaños y precios en diferentes bares.

Miércoles noche. Primera parada: plaza de Cañadío. Allí, como es habitual durante el verano, las terrazas están abarrotadas. Y las mesas, llenas de cañas. Un detalle, en cada mesa hay varios tipos de vasos diferentes –además de los botellines–. La primera ronda fue en la taberna Cachalote, en una de las esquinas de la plaza. Allí la caña que ponen por defecto es en un vaso de 38,5 centilitros que cuesta tres euros. Es la más común porque es la que más pide la gente, según explica uno de los camareros. ¿Y por qué ese tamaño en concreto? «La gente que pide cañas espera esto. No algo más pequeño. Ten en cuenta que estamos en una zona de ocio nocturno y copas. Aquí nadie te pone la pequeña a no ser que la pidan, claro», específica. En definitiva, ni el consumidor la pide ni al negocio le sale rentable servirla.

Precios y tamaños

  • Solórzano, en Peña Herbosa 1,60 euros (20 cl)

  • Cañalío, en Cañadío 2,50 euros (33 cl)

  • Cachalote, en Cañadío 3 euros (38,5 cl)

  • Dondenando, en El Sardinero 3,70 euros (50 cl)

En el caso de que sea la 'excepción' y prefiera los tragos pequeños, tendrá que detallarlo a la hora de pedir. Entonces la frase sería otra: «Una mini caña, por favor». Una medida que en este mismo establecimiento cuesta 1,70 euros. Aun así, la oferta es amplia y se ajusta a las preferencias de los clientes y a lo que los hosteleros perciben que es lo más habitual. También está la caña en vaso de sidra, que es de 50 centilitros y cuesta cuatro euros. Y la pinta en copa que asciende hasta los 4,50 euros.

Para hacer la comparativa dentro de la misma plaza de Cañadío, decidimos que la siguiente parada sea Cañalío, un bar de copas que se encuentra justo al lado. Aquí la caña la sirven en un vaso un poco más pequeño (33 centilitros) que la copa cervecera del Cachalote, pero en ningún caso es la de toda la vida. En consecuencia, el precio también desciende: 2,50 euros. Es una buena opción, sobre todo teniendo en cuenta que la mini cuesta 2 euros y el cañón 3,50 euros.

Esta ruta tiene como tercera parada la calle Peña Herbosa, otra de las zonas de ocio de Santander por excelencia. Allí, en el número 17, está la Vermutería Solórzano, un establecimiento que como su propio nombre indica, es muy conocido por el vermut. Aunque también hay quien lo transita en busca de sus cañas. Y es que es uno de los supervivientes. Aquí, una caña es la de siempre. Ya lo dicen los que trabajan detrás de la barra. «Esto es así. Se acabó», bromean. «Algo más grande ya es una doble. Las cosas por su nombre». En el Solórzano, con los precios no hay pérdida. La caña, 1,60 euros. Y la doble, un euro más cara. «Lo de toda la vida», concluyen.

El viaje llega a su fin y tiene como último destino la calle Joaquín Costa, en el Sardinero. Dondenando, un restaurante con una amplia terraza, presenta también una gran oferta. La caña normal viene en copa cervecera y cuesta 2,40 euros. Luego está la doble en vaso de sidra que asciende a los 3,70 euros. Y hay una más grande: el cañón. «Esta es para los valientes», comentan cuando la pedimos. Nada más y nada menos que una jarra de medio litro: 4,70 euros. En definitiva, la caña en Santander, cada vez más grande y más cara.

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