El Cantábrico cobra vida

Por eso Santander fue ayer una ciudad de contrastes. De playas inmensas, puertos secos y espigones al aire a mitad de mañana, y de una bahía que parecía estar apunto de desbordarse, por la tarde. Sobre todo a las seis y media, cuando se registró la pleamar.

Los cazadores de imágenes retrataron el puerto de Somo con el sol cenital, cuando parecía un desguace de pequeños barcos de recreo, a la misma hora en que los usuarios de la barca de los Reginas tuvieron que hacer diez minutos más de trayecto –sorteando bancos de arena– para completar el viaje entre Somo, Pedreña y Santander. Sin embargo, por la tarde, la estampa fue la contraria y a la altura del paseo marítimo el agua parecía estar a punto de inundar la ciudad.

Septiembre es tiempo de altos coeficientes de marea, pero no suelen llegar tan temprano. El fenómeno de estos días tiene explicación científica: «Las mareas son más vivas en septiembre y marzo debido a los equinocios, por la posición del sol con respecto al ecuador terrestre. El eje de la tierra es perpendicular a los rayos de sol», explica Maite Ceballos, investigadora del Instituto de Física de Cantabria (IFCA). Pero estos días «como la luna está más cerca, por eso la estamos viendo tan espectacular estas noches, también influye en que las mareas sean más significativas», asegura la experta. El mayor coeficiente del año, de 113, se espera para el próximo día 29.

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