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En los últimos días, en las playas del País Vasco se han registrado varias picaduras de medusas carabelas portuguesas. De hecho, en el arenal de Zarautz, en Guipúzcoa, llegaron a prohibir el baño. En vista de la situación, era de esperar que, tal y como ... ha ocurrido otros veranos, este ejemplar se dejara ver por la costa cántabra. El Cuerpo de Bomberos de Santander fue el primero en dar la voz de alarma. Ayer, a través de su cuenta de Twitter, advirtió de la presencia «durante esta semana» de esta especie en las playas santanderinas. En concreto, según confirmó Cruz Roja, apareció una en la Virgen del Mar y otra en la zona de rocas de La Maruca. Más tarde, otra en El Sardinero. Pero, en principio, no hay de qué preocuparse. Eso dice Agustín Salán, director de áreas de Socorro de la institución, que explica que las medusas fueron retiradas y que «no se ha producido ningún incidente ni picadura». Eso sí, están «previstos» por lo que pueda pasar en los próximos días.
Aunque la situación en los arenales de la capital cántabra es «mucho más tranquila» que en la comunidad vecina, los bomberos recordaron que los tentáculos de estos ejemplares son muy urticantes, por lo que «se recomienda a la población no tocarlos y avisar a los socorristas de Cruz Roja de su presencia».
En cualquier caso, desde Cruz Roja están preparados para lo que pueda pasar. Para tranquilidad de los vecinos, Salán explica que existe un protocolo que se activará en caso de que la presencia de esta especie crezca. «Ahora mismo nos encontramos en el nivel 2, que es muy bajo», cuenta. Dependiendo del número de individuos y de picaduras, se iza la bandera amarilla, además de la blanca y morada, que alerta sobre su presencia. Y en caso de que se trate de una plaga, se puede llegar a prohibir el baño con el distintivo rojo. «Por ahora, tranquilidad. No hay motivo de alarma, aunque esto puede cambiar en cualquier momento», añade. «Nosotros estamos prevenidos. Vigilamos desde la playa, desde la torre y también en las embarcaciones. Todos estamos en alerta», concluye.
Cómo se trata la picadura
Quitar los restos de medusa
de la piel
1
No frotar, extraer los restos con una toalla gruesa y protegerse bien las manos
Inmovilizar la zona afectada y aplicar compresas frías
2
Neutralizar el veneno
Limpiarse
la piel con
agua salada
Aplicarse
continuamente
alcohol
y vinagre
Nunca con
agua dulce
3
Aplicar una crema
especial de venta
en farmacias o
espuma de
hidrocortisona
al 1%
4 veces al día
durante una
semana
Cómo se trata la picadura
Quitar los restos de medusa
de la piel
1
No frotar, extraer los restos con una toalla gruesa y protegerse bien las manos
Inmovilizar la zona afectada y aplicar compresas frías
2
Neutralizar el veneno
Limpiarse
la piel con
agua salada
Aplicarse
continuamente
alcohol
y vinagre
Nunca con
agua dulce
3
Aplicar una crema
especial de venta
en farmacias o
espuma de
hidrocortisona
al 1%
4 veces al día
durante una
semana
Cómo se trata la picadura
Quitar los restos de medusa
de la piel
1
No frotar, extraer los restos con una toalla gruesa y protegerse bien las manos
Inmovilizar la zona afectada y aplicar compresas frías
2
Neutralizar el veneno
Limpiarse
la piel con
agua salada
Aplicarse
continuamente
alcohol
y vinagre
Nunca con
agua dulce
3
Aplicar una crema
especial de venta
en farmacias o
espuma de
hidrocortisona
al 1%
4 veces al día
durante una
semana
No es la primera vez que estos ejemplares aparecen en la costa cántabra. Durante el verano de 2010 se llegaron a recoger más de dos millares. Y un año después, un banco de carabelas portuguesas apareció en las playas de La Magdalena, Bikinis, Peligros y El Sardinero. También en la bahía, entre Somo y Los Peligros.
La carabela portuguesa (Physalia physalis), igualmente conocida como fragata portuguesa o aguaviva, es una especie colonial que vive flotando en la superficie del mar gracias al gran flotador que posee (pneumatóforo), que está lleno de gas. Se trata de un flotador con una vela en la parte superior que permanece siempre en la superficie y cuyo tamaño oscila entre los diez y los quince centímetros. Aunque sus tentáculos azules permanecen bajo el agua, y pueden alcanzar varios metros de longitud. El contacto con los tentáculos de esta medusa provoca quemaduras e hinchazones en la piel. De hecho, en personas sensibles puede llegar a provocar un shock anafiláctico y causar la muerte por paro cardíaco o incluso ahogamiento.
En caso de picadura, se recomienda acudir al puesto de socorro de Cruz Roja para la extracción de cualquier resto de tentáculo que permanezca adherido a la piel y además, controlar las posibles reacciones al veneno.
Las playas de Joyel y Ris, ambas en el municipio de Noja, no se escaparon ayer de la aparición de las primeras carabelas portuguesas en sus aguas. Dos ejemplares fueron encontrados en la primera, mientras que en el segundo de estos dos arenales nojeños un bañista sufrió la 'picadura' de una medusa, aunque el ejemplar no fue encontrado. Sin embargo el rastro que dejó en su piel, pese a que no fue demasiado grave, apuntaba a que fuera causado por un ejemplar de esta especie. También se detectó la presencia de una carabela portuguesa en la playa de San Juan de la Canal, en el municipio de Bezana.
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